Poder consumir más calorías haría que las personas cumplan más fácilmente una dieta de mantenimiento, sugirió el equipo dirigido por el doctor Michael B. Zemel, de la University of Tennessee, en Knoxville.
Zemel ha recibido subsidios del consejo y posee patentes sobre el uso de calcio en el control del peso corporal. Estudios previos demostraron en ratas sobrealimentadas que las dietas ricas en calcio reducen el riesgo de recuperar el peso perdido y disminuyen la acumulación de grasa, a la vez que ayudan a quemar grasas y bajar de peso durante un período de dieta restringida.
Algunos estudios sobre seres humanos demostraron también que el calcio promueve la pérdida de grasa, quizás al imposibilitarle al organismo retener las células grasas.
No obstante, ningún estudio sobre seres humanos había analizado si el calcio y los lácteos ayudan a mantener el peso.
Para investigarlo, el equipo le redujo la cantidad de calorías ingeridas por 338 hombres y mujeres obesos durante tres meses.
Los participantes que lograron adelgazar el 10 por ciento de su peso o 10 kilogramos pasaban luego al azar a comer menos de una porción diaria de lácteos o más de tres porciones diarias durante los siguientes seis meses.
En esa etapa de mantenimiento, el peso y la composición corporal eran similares en ambos grupos. Pero los participantes con alto consumo lácteo comían un 9 por ciento menos de calorías que al inicio del estudio, a diferencia del 22 por ciento menos de calorías que consumía el grupo con baja ingesta de productos lácteos.
“Eso sugiere que las dietas con niveles diarios recomendados de alimentos lácteos tendrían más contenido energético (calorías) con los mismos efectos sobre el peso y la grasa corporal que las dietas reducidas en lácteos”, escribieron los investigadores.
El grupo que consumió la cantidad de lácteos recomendada tuvo también una reducción en sangre de los niveles de calcitriol, la forma activa de la vitamina D, que inhibe la división y la oxidación de las células grasas.
Los autores concluyeron que las personas que no quieren recuperar el peso perdido pueden agregar productos lácteos a su alimentación sin riesgo de engordar.