Comerciantes dijeron que la prohibición de tener inventarios para surtir cuando las industrias están de vacaciones, ha hecho que se sienta más la escasez
Las largas colas de consumidores en las adyacencias de supermercados y cadenas de farmacias, que no cesaron en 2015, se han mantenido los primeros días de este año. Aunque en los comercios hay menos mercancía regulada, porque los proveedores no han empezado a surtir con la misma frecuencia, los clientes deciden esperar por largas horas a ver si corren con la suerte de estar en el negocio cuando descarga algún camión.
“Nosotros estamos aquí desde hace más de tres horas: llegamos a las 8:00 de la mañana, ahora son más de las 11:00 y seguimos en el mismo sitio. No ha llegado ningún producto regulado y no sabemos si llegará. Espero que sí porque no quiero irme con las manos vacías”, dijo Vilma Velásquez, consumidora que hacia cola en un supermercado en Chacao.
Uno de los encargados del comercio, que prefirió no ser identificado, indicó que ni ellos mismos sabían si iba a llegar alguno de los productos que han presentado más fallas de abastecimiento en los últimos dos años. “Los primeros días de enero suele haber desabastecimiento porque las plantas están de vacaciones. Harina de maíz, por ejemplo, no ha llegado esta semana. Es probable que después del 15 de enero los productos vengan más seguido. Sin embargo, la gente hace su fila”, añadió.
El encargado de otro supermercado en La Castellana afirmó que los únicos productos regulados que han vendido este mes han sido pasta y huevos. Ayer en la mañana no tenían ninguno a la venta y aun así había una cola fuera del local. “En años anteriores los supermercados despedían el año con un buen nivel de inventario que les permitía llenar los anaqueles en enero, pero ahora está prohibido tener productos almacenados, por eso se siente más escasez”, señaló.
Liosbeny García, clienta que aguardaba en el lugar, dijo que se mantenía en cola porque necesitaba comprar arroz, harina de maíz, pasta y pollo. “Yo fui temprano a un Farmatodo y conseguí champú y jabón de baño. Espero que aquí encuentre comida”.
Los consumidores que acudieron a un supermercado en Bello Campo corrieron con mejor suerte. El establecimiento expendía dos litros de aceite de soya, dos kilos de harina de maíz, dos margarinas y medio cartón de huevos por persona. “Lo que ha llegado lo hemos sacado para la venta. Hay tanta gente buscando que los productos no duran nada en los anaqueles. Muchos clientes esperan desde muy temprano en la mañana hasta las 2:00 de la tarde fuera del negocio a ver si llega algo más, después es cuando se van a sus casas”, informó un encargado del supermercado.
Clientes agregaron que se han reducido los sitios donde pueden comprar, porque aun hay pequeños comercios cerrados.
Públicos más surtidos. En la red de Abastos Bicentenario también había largas colas. Los establecimientos de Macaracuay y Palo Verde expendían varios de los artículos de higiene personal que están escasos, también comercializaban leche líquida, en polvo y condensada para los clientes cuyas cédulas de identidad terminaban en 4 y 5.
“Yo hice tres horas de cola para comprar pañales, afeitadoras, toallas sanitarias, champú, mayonesa y aceite. Siempre vengo a este Bicentenario y esta vez fue cuando conseguí más productos, antes estaba vacío”, contó Francis Hernández en Macaracuay. El Pdval de la avenida Francisco de Miranda no abrió.
fuente.en