Esta investigación quiso buscar qué es lo que mantiene aún unidas a las inconformes parejas, pese a llevar relaciones que no las satisfacen del todo, por ello se le consultó a dos mil personas acerca de su infelicidad conyugal para llegar a la conclusión que una quinta parte de ellas se siente “atrapada” en la relación, y feliz se divorciaría si tuviera asegurada la estabilidad económica en el futuro.
Asimismo, una cuarta parte de la gente encuestada aseguró ya no sentirse enamorada de la persona con la que alguna vez soñó compartir el resto de su vida. El 15% indicó que le habría gustado casarse con otra persona y el 29%, le aconseja a los jóvenes, simplemente, no contraer matrimonio, informó The Huffington Post.
Mientras los hombres alegaron tener una vida sexual frustrada, ellas aseguraron que había muy poca diversión en sus matrimonios, versus el exceso de preocupación por los temas económicos del hogar, que agobiaba sus vidas de esposas.
Las diez principales razones por las que los sujetos estudiados no ponían fin a su triste vida de casados, fueron las siguientes:
-No estar seguros de tener el coraje para hacerlo
-Miedo a arrepentirse después
-Esperanza de que las cosas mejoren
-El impacto que pudiera provocar en los hijos y/o la familia
-La incapacidad de mantenerse económicamente en solitario
-No querer abandonar el hogar familiar
-Sentirse demasiado viejo/a para hacerlo
-Temor a la culpabilidad de alejarse de la familia
-Miedo de enfrentarse a la vida solo/a
-Preocupación ante una inminente soledad
Las mujeres , que en 1 de cada 3 casos consideraron separarse, solían ser las que más miedo tenían de no poder estar sola económicamente. Mientras que los hombres, dijeron que lo que más les pesaba era el impacto que un quiebre matrimonial podría traer a la familia.
Con información de El Nacional