En el último año y medio fueron electos el empresario Mauricio Macri en Argentina, el exbanquero Pedro Pablo Kuczynski en Perú y asumió en Brasil un gobierno de centro-derecha encabezado por Michel Temer, tras la destitución de la presidenta izquierdista Dilma Rousseff en un juicio político. Y ahora, el año que acaba de comenzar podría ser clave para definir hasta dónde llega el giro de América Latina hacia la derecha.
Está previsto que durante el 2017 haya elecciones presidenciales en Ecuador, Chile y Honduras, así como elecciones legislativas en Argentina y de gobernador en el estado de México.
Las de Ecuador, programadas para febrero, se caracterizan por la ausencia de la candidatura del izquierdista Rafael Correa, que ejerce la presidencia desde hace una década. Su heredero político es el exvicepresidente Lenín Moreno, que encabeza encuestas para la primera vuelta pero podría enfrentar dificultades en un eventual segundo turno si la oposición se uniera. Aunque se mostró confiado en que el oficialismo ganará, el propio Correa admitió la posibilidad de una derrota.
«Si llegamos a perder, los procesos siguen», dijo durante una entrevista el pasado diciembre con medios de comunicación, la misma en que habló de las dificultades de la izquierda regional, pero negando que sean tiempos «terribles» como en el pasado.
Mientras tanto en Chile está al frente de las encuestas para la primera vuelta de noviembre el expresidente Sebastián Piñera: el empresario de derecha figura con varios puntos de ventaja ante el también exmandatario Ricardo Lagos, de la misma coalición de centroizquierda que la presidenta Michelle Bachelet.
Sin embargo, sondeos recientes sugieren que Piñera podría ser derrotado en una segunda vuelta por el senador independiente Alejandro Guillier, próximo al socialdemócrata Partido Radical.
Y en Honduras aparece como favorito para las elecciones de noviembre el actual presidente Juan Orlando Hernández, quien buscaría la reelección por el conservador Partido Nacional.
¿Efecto péndulo?
El informe 2016 de Latinobarómetro registró un aumento de los latinoamericanos que se ubican en la derecha del espectro político por cuarto año consecutivo. Dicho estudio arrojó en sus resultados que 28% de los ciudadanos de la región se colocan en la derecha, nueve puntos más que el 19% registrado por la misma encuesta en 2011. Por otro lado, actualmente 20% de los latinoamericanos se ubica en la izquierda y 36% en el centro político.
Los expertos creen que detrás de este fenómeno hay varias explicaciones: el fin del boom de precios de materias primas que causó problemas económicos a varios gobiernos de izquierda, una mayor demanda de orden y «mano dura» contra la delincuencia, e incluso el avance regional de la fe evangélica, con posturas conservadoras en temas sociales como el aborto o el matrimonio homosexual.
Además, figuras de la izquierda latinoamericana en la década pasada, como el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva o la exmandataria argentina Cristina Fernández de Kirchner, están ahora acusados por manejos dolosos ante la justicia de sus respectivos países.
A eso se suma la grave crisis económica y política que atraviesa Venezuela, que provocó reclamos de un referendo para sacar de la presidencia al heredero político de Chávez, Nicolás Maduro, y contribuyó a la contracción económica de Cuba el año pasado.
Muchos se preguntan además, qué efecto político puede tener en la región la llegada este año a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump, que durante la campaña en su país ofendió a México con diversos comentarios y prometió más rigor con los gobiernos de Venezuela y Cuba.
Pero los expertos analistas ponen en duda que en Latinoamérica vaya a resurgir el debate entre derecha e izquierda tal como se planteaba hace 20 años, entre otras cosas porque los conservadores hoy se muestran dispuestos a mantener programas sociales exitosos creados en la década pasada.