Todos tenemos hábitos de compra definidos, enfocados a cubrir las necesidades básicas y complementarias así como uno que otro gusto originado por la moda, innovación, tendencia o época. La elección de la forma de pago para la adquisición de bienes y servicios, generalmente viene dada por la disponibilidad de recursos con los que se cuenta, como lo es el sueldo o saldo que hay en la cuenta, también por la disponibilidad en las tarjetas de crédito, la cual es usada en muchas ocasiones como una extensión del ingreso más no como un medio de pago.
Este último comportamiento es común hoy en día, como consecuencia de una situación económica inflacionaria y en la que el salario real, en muchos casos, es al valor de la canasta básica. Sin embargo esta situación no exime que se pueda hacer un mejor uso de este instrumento.
Las compras de contado tienen algunos puntos a favor, como por ejemplo obtener un mejor precio, beneficiarse de un descuento específico, no incrementar el nivel de endeudamiento personal, no comprar impulsivamente debido a que no se puede adquirir lo que no se puede pagar. Las desventajas que se pueden presentar son la disminución de liquidez y la capacidad de ahorro, ya que se destinan recursos para el consumo.
Las compras a crédito generan un mayor dinamismo de la economía porque permiten incrementar la capacidad de compra comprometiendo recursos que se obtendrán en un futuro. Las ventajas es que el crédito es indispensable para ayudar a los consumidores a adquirir bienes que no podrán ser comprados de contado, como es el caso de inmuebles y muebles, por lo que se genera una capacidad de crecimiento que es la ideal para todos.
Una de las premisas que uno considera para adquirir bienes y servicios a crédito es el nivel de inflación actual, mientras la tasa de inflación supere a la tasa del crédito al que uno esta accediendo (tarjeta de crédito, préstamo personal, de consumo o el diferencial de precio de aquel producto que se compra a un vendedor), la compra a crédito es un buen negocio, porque se supone que la tasa de inflación diluirá la deuda en el tiempo y por ende se mejora la capacidad de adquisición.
Sin embargo, al momento de evaluar las compras a crédito, es importante tener presente la capacidad de pago con la que se cuenta, independientemente del nivel de endeudamiento al que se vaya a incurrir principalmente si se trata de deudas pequeñas, ya que la sumatoria total de estas merman la disposición de liquidez y capacidad de ahorro a futuro.
Otro criterio importante de decisión es evaluar si lo que se va a adquirir es realmente necesario, de ser así, verifique si este puede ser comprado de contado, de ser negativa la respuesta analice el grado de compromiso que hará de sus ingresos futuros.
En esta época navideña se deben controlar los impulsos y la alta propensión al gasto financiado con crédito, que se desarrolla en esta época, y en la que en muchos casos, se inicia el año con un alto nivel de endeudamiento, que luego pega a lo largo de todo el siguiente año.
Fuente: Aristimuño Herrera & Asociados