“No hay ni una sola experiencia exitosa de empresas que hayan sido tomadas, confiscadas o expropiadas por el Ejecutivo; por el contrario, esas fábricas exhiben un proceso de deterioro y de reducción de la producción”, dijo en un comunicado el presidente de Conindustria, Carlos Larrazábal.
El Gobierno venezolano decretó ayer la expropiación de la firma Sociedad Mercantil Molinos Nacionales (Monaca), participada mayoritariamente por el grupo mexicano Gruma, para la “consolidación de la capacidad de procesamiento socialista agroindustrial para la Venezuela del siglo XXI”, destaca el texto respectivo.
Monaca es una productora de harina de trigo, harina de maíz, pasta de arroz, aceite y avena, entre otros productos alimenticios considerados básicos, varios de ellos con precios regulados por la administración de Hugo Chávez.
“Bajo el argumento de concretar la consolidación de la capacidad de procesamiento socialista agroindustrial para la Venezuela del siglo XXI, el Gobierno sigue atentando contra la soberanía alimentaria del pueblo, al tomar medidas que apuntan hacia la destrucción del aparato productivo nacional”, agregó Larrazábal.
La medida se produce días después de que el Ejecutivo denunciara que los problemas de desabastecimiento alimentario que sufre el país obedecen supuestamente a “rumores” creados por la oposición política con el fin de generar “malestar” contra el Gobierno.
Además de nacionalizaciones en diversos sectores, el Ejecutivo venezolano ha tomado en los últimos meses diversas empresas alimenticias, tras acusarlas de acaparar productos y especular con los precios, que han pasado a ser gestionadas dentro de modelos de producción socialista en el marco de un plan nacional para alcanzar la “soberanía alimentaria”.
Monaca, que cuenta en Venezuela con seis plantas de producción, está controlada por el grupo mexicano Gruma con 72,86 por ciento accionarial, según datos de la firma venezolana.