En declaraciones a la prensa a bordo del Air Force One, el avión presidencial, a su regreso a Washington tras una gira por varios estados del centro del país, el mandatario estadounidense aseguró que quiere una reforma exhaustiva pero subrayó que para conseguirlo será necesario el apoyo de los dos partidos, el demócrata y el republicano.
Obama admitió que puede no tener lugar este año, al indicar que es posible que el Congreso no tenga “apetito” para abordar un asunto tan polémico tras un año de duros trabajos para sacar adelante la reforma sanitaria y cuando encara unas legislativas en las que se renovará un tercio de los escaños del Senado y toda la Cámara de Representantes.
“Es una cuestión difícil… Creo que puedo conseguir una mayoría de demócratas, pero necesito alguna ayuda de los republicanos. Tuvimos alguna ayuda hace dos años”, cuando se planteó la reforma migratoria en el Congreso por última vez hasta ahora y la medida fracasó debido a divisiones internas entre los republicanos.
Tras recordar que en los últimos días ha telefoneado a varios senadores republicanos para recabar su apoyo sobre una reforma migratoria, Obama indicó que su “esperanza es poder lograr un grupo de trabajo que lo mueva”.
Las declaraciones del presidente estadounidense se produjeron un día después de que el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, indicara que de las dos prioridades que se plantea para los próximos meses, la reforma migratoria y una ley sobre energía y cambio climático, daría preferencia a esta última al encontrarse más avanzada.
El fin de semana pasado, Reid había indicado que abordaría la reforma migratoria primero, lo que suscitó la ira del senador republicano clave Lyndsey Graham, que amenazó con retirar su apoyo a la ley de energía si no se dejaba de lado por el momento la inmigración.
Obama indicó que no quiere presentar una propuesta sobre inmigración “sólo por cuestiones políticas” sino que cuando se proponga una reforma contenga soluciones que cuenten con un amplio apoyo entre el público estadounidense.
El presidente estadounidense se refirió también a la ley sobre inmigración aprobada la semana pasada en Arizona, que faculta a la Policía a exigir la documentación de quienes sospeche que puedan ser inmigrantes ilegales, e insistió en que la medida está “equivocada”.
El Gobierno estadounidense examina la medida para determinar si es anticonstitucional. En ese caso, podría llevar la ley ante los tribunales, una situación que es posible acabe en el Supremo.
En ese sentido, Obama fue preguntado si, a la hora de entrevistar a los candidatos que se plantea para cubrir la vacante que dejará este verano el juez John Paul Stevens en el Supremo, les preguntará sobre la Ley de Arizona.
El presidente estadounidense respondió que no plantea a los jueces “casos que pueden tener que decidir en el futuro”.
En sus declaraciones, Obama también hizo referencia a la reforma del sistema financiero, la actual prioridad legislativa de su Administración y que hoy quedó desbloqueada en el Congreso después de que la oposición republicana aceptara someterla a debate y su posterior votación.
Obama expresó su esperanza de poder firmar “muy pronto” una ley de reforma que considera una herramienta imprescindible para evitar que se repita una crisis financiera como la desatada en septiembre de 2008.
EFE