Conflictividad social creó caos vehicular y zozobra

    Después de los perdigones lo que se oía era fuego. La batalla campal entre buhoneros, Policaracas y la Guardia Nacional tuvo lugar ayer en varios frentes. Los transeúntes que caminaban por las avenidas Bolívar, Baralt, Nueva Granada, México, Urdaneta, Universidad y la principal de El Cementerio, quedaron atrapados entre bombas lacrimógenas y disturbios.

En todas estas vías, antes de las 10 am, el tránsito ya había colapsado y, ante la ausencia de fiscales de tránsito, eran buhoneros y conductores quienes intentaban poner algún orden en medio de la anarquía. En la calle que conecta El Silencio con la Baralt un trabajador informal alertaba a los conductores que no había paso: varios contenedores de basura volteados se incendiaban a la altura de Capitolio.

Una vendedora ambulante, que no quiso identificarse, explicó que se unieron los buhoneros de El Cementerio, La Hoyada y Capitolio para exigir que los dejen trabajar hasta el 31 de diciembre, alegando que muchos no han sido reubicados.

A las 2 de la tarde, el túnel que conecta la avenida Lecuna con Capitolio era un estacionamiento. Los que podían se bajaban de los carros y se iban a pie. Un conductor desesperado hizo las veces de fiscal para facilitar que algunos carros salieran del túnel y se devolvieran a la Lecuna.

A lo largo de la avenida Baralt, varios motorizados gritando «saqueo» se encargaron de calentar todavía más las calles. El miedo se apoderó de los comerciantes del centro cuya jornada laboral fue nula pues muchos cerraron las santamarías desde las 10 de la mañana temiendo ataques a sus locales y pertenencias.

Los que no cerraron, funcionaban con las puertas entreabiertas. «Esta semana es la más productiva del año para los comerciantes pero si siguen los conflictos, solo nos va a traer perdidas», se lamentaba el dueño de un local de electrodomésticos mientras sostenía con la mano la santamaría previendo algún ataque.

«Hubo un intento de saqueo en una tienda de la esquina de Cruz Verde, pero fue repudiado y evitado por los mismos buhoneros», dijo una trabajadora informal.

A pesar del aire turbio que se respiraba en el centro debido a las lacrimógenas, caminar era la única opción. Al caos de las calles y avenidas intransitables se sumó el cierre de varios estaciones del Metro. A las 2 de la tarde, las entradas al subterráneo en Capitolio, La Hoyada y Teatros estaban cerradas por los disturbios.

Obras paralizadas
Nilda Mata, buhonera de los alrededores de Capitolio, reclamó que llevan más de tres años esperando ser reubicados. «Las obras del mercado que se iba a construir en la esquina La Bolsa se paralizaron hace muchos meses y nadie nos explica por qué. Nosotros hemos guapeado todo este tiempo, pero en esta época llegan los ‘decembrinos’, vendedores de otras zonas, y esto se pone peor». Otra de las buhoneras hizo un llamado al presidente Hugo Chávez: «El alcalde Jorge Rodríguez nos prometió un mercado, pero ahora dice que no tiene dinero para culminar la obra y no nos quiere dar la cara».

En El Cementerio los buhoneros cerraron la avenida principal de esa parroquia y la Nueva Granada en los dos sentidos como protesta ante la prohibición de vender en las calles.

La avenida Sucre también estaba cerrada porque el Presidente Chávez se encontraba en la sede de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes), entregando unos certificados a oficiales.

Los negocios de todos los alrededores, incluyendo los mismos mercados de buhoneros, el Centro Comercial Victoria y el Centro Comercial El Cementerio, bajaron sus santamarías. Mario Borja, vecino del sector, relató que los informales atravesaron contenedores y quemaron basura en toda la vía principal ante la mirada indiferente de la policía.

Varios focos de conflicto
La de ayer es la tercera protesta que realizan los buhoneros en las últimas dos semanas. El viernes y sábado los informales ya habían trancado la Bolívar. Mata denunció agresiones por parte de los efectivos de Policaracas. «A diario le pagamos 50 Bs. para que nos permitan colocar la mercancía y ellos mismos son los que luego nos decomisan los productos».

Los buhoneros no fueron el único foco de conflictividad que se sintió ayer en la ciudad. Los trabajadores de Fontur manifestaron frente al Mopvi, en la avenida Francisco de Miranda en Chacao. Paralelamente, los estudiantes de varias universidades protestaron en la avenida Francisco Fajardo en rechazo a la nueva ley del sector y trabajadores tribunalicios reclamaban en la avenida Urdaneta que fueron despedidos de manera injustificada.