Reseñó que “durante las campañas electorales, tanto las del 7-O como las del 16-D, la jerarquía adoptó una actitud ponderada que motivó críticas en sectores sociales y políticos alineados con la oposición“.
Asimismo, expresó que “blanco de esa crítica fueron figuras destacadas como Monseñor Padrón, obispo de Cumaná, Monseñor Moronta, obispo de San Cristóbal y numerosos sacerdotes a lo largo y ancho del país”.
Dijo que “en contra estuvieron obispos y sacerdotes que en la jerarquía representan las posiciones tradicionalistas, encabezados por el cardenal Urosa Savino” y acotó que “un factor clave que permitió que la jerarquía mantuviera durante esos procesos electorales una posición equilibrada fue la prédica sistemática del nuncio apostólico, pero todo indica que los resultados electorales de octubre y diciembre y el cuadro depresivo post-electoral que evidenció en la oposición, activaron los sectores conservadores de la Iglesia y son determinantes en la agresiva postura adoptada por la Conferencia Episcopal con motivo del debate sobre la interpretación de la Constitución en la toma de posesión del Presidente reelecto”.
Además, preguntó: “¿Significa esto que el proceso de diálogo entre la jerarquía de la Iglesia Católica, el Gobierno y el Psuv, iniciado con buen pie, se frustró definitivamente?” e indicó que “la posición adoptada por la jerarquía en la reciente reunión de la Conferencia Episcopal parece indicarlo, ya que los pronunciamientos hechos por el organismo se interpretan como expresión de una política de endurecimiento de la relación entre ambos factores y la disposición a transitar caminos diferentes al diálogo”.
En otro punto, José Vicente Rangel comentó que “no es buen ejemplo para la región latinoamericana la actitud asumida por el Gobierno de Colombia de desconocimiento de la sentencia de la Corte de Justicia Internacional de la Haya sobre el diferendo con Nicaragua en el caso del Archipiélago que conforma las Islas de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y cayos aledaños”.
“La jurisdicción de la corte está consagrada en el pacto de Bogotá, suscrito en 1947. Colombia aceptó que el diferendo con Nicaragua fuera conocido por el organismo, pero ahora que se conoce la decisión que atribuye a Colombia la soberanía sobre el archipiélago y le reconoce a Nicaragua soberanía marítima, Colombia la rechaza y anuncia su retiro del pacto de Bogotá.Sin duda, una posición contraria al debido respeto a derecho internacional“, agregó.