Concepción quedó fuera del Salón de la Fama

   EE.UU., EFE– El ejecutivo Pat Gillick logró su gran éxito profesional al ver reconocido todo el trabajo que realizó en los despachos de los diferentes equipos del béisbol de las Grandes Ligas como merecedor de ser nuevo miembro del Salón de la Fama.

Gillick, que como gerente general ganó tres Series Mundiales con dos equipos diferentes, fue elegido al Salón de la Fama por el Comite de Veteranos.

En su quinta participación en la votación, el ex jefe del sindicato de peloteros Marvin Miller se quedó corto por un voto.

El propietario de los Yanquis George Steinbrenner, recientemente fallecido, fue considerado por primera vez y tampoco fue elegido.

Gillick fue gerente general de Azulejos de Toronto, Orioles de Baltimore, Marineros de Seattle y Filis de Filadelfia.

Su brillante labor le permitió ganar la serie mundial dos veces con los Azulejos las temporadas de 1992 y 1993 para luego conseguir el «Clásico de Otoño» en la del 2008 con los Filis.

El nuevo miembro del Salón de la Fama accederá oficialmente al recinto sagrado del béisbol el próximo 24 de julio, junto con los jugadores que sean elegidos el próximo mes por la Asociación Americana de Cronistas del Béisbol.

Gillick ofrecióuna rueda de prensa durante las reuniones de invierno para agradecer a todas las personas y profesionales con las que había trabajado desde que llegó a las Grandes Ligas.

«Comparto este premio con ellos. Uno no puede hacer este trabajo solo. Necesita ayuda», subrayó Gillick, que se convirtió en el trigésimo segundo ejecutivo que entró al Salón de la Fama.

Gillick comenzó su carrera con los Houston Colt.45s-Astros, desde 1963-73 para luego ser elegido director de seguidores de talentos de los Yanquis de Nueva York en 1974-76.

El nuevo miembro del Salón de la Fama del béisbol profesional también fue gerente general de los Azulejos desde 1977 hasta 1994, para realizar las mismas funciones con los Orioles (1996-98), Marineros (2000-03) y Filis, donde actualmente se desempeña como asesor especial.

«Todos los profesionales tratamos de hacer lo mejor en nuestros respectivos cargos, pero al final sólo la labor del equipo es la que establece si las decisiones tomadas fueron las correctas», señaló Gillick. «En un momento de gran felicidad como profesional y fanático del deporte del béisbol».

No sucedió lo mismo con Concepción, uno de los campocortos más populares en la historia de los Rojos de Cincinnati, que volvió a quedarse fuera del recinto sagrado del béisbol profesional de las Grandes Ligas.