La movilización, que incluyó una marcha por el centro de Santiago y un mitin en la Alameda Bernardo O’Higgins, la principal avenida de la capital chilena, fue convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que reúne a los organizaciones estudiantiles de las principales universidades del país.
Los estudiantes, que congregaron a unos 4.000 manifestantes, exigen el aumento de un bono de emergencia anunciado por el Gobierno para los universitarios afectados por el terremoto del pasado 27 de febrero, de 30.000 a 113.000 pesos (de unos 57 a unos 215 dólares).
También la reactivación de un Formulario único de acreditación socioeconómica de los estudiantes y la inyección de recursos al fondo solidario, que financia ayudas económicas a los jóvenes provenientes de sectores de menores ingresos.
También los dirigentes reclamaron por la poca atención que, a su juicio, ha dado el Gobierno de Piñera a la educación superior, al contrario de lo que ha hecho respecto de la educación básica y secundaria.
“El Ministerio se puso como meta el 23 de abril para que los escolares estuvieran en clases (tras el terremoto). ¿Cuál ha sido la meta para la Educación Superior? Ni siquiera se ha nombrado al jefe de la división de Educación Superior”, dijo a los periodistas Joaquín Walker, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica.
“Hoy día la Educación Superior está pospuesta y la gente del Gobierno no se está haciendo cargo de un tema importantísimo”, añadió.
La marcha y el mitin se desarrollaron de forma pacífica, pero cuando terminaba comenzaron choques entre algunos grupos, compuestos aparentemente por jóvenes anarquistas y la policía.
Los anarquistas se enzarzaron también en peleas con miembros de las Juventudes Comunistas, mientras la policía empleó agua y gases lacrimógenos para dispersar.
El ministro de Educación, Joaquín Lavín, criticó la manifestación, al señalar a los periodistas que “cada uno puede hacer lo que quiera, pero llamo a la reflexión, estos paros sólo sirven para perder clases y no es lo que Chile quiere hoy día”, afirmó.
np