La cápsula que está llevando a los mineros chilenos a la superficie, bautizada «Fénix» por el ave mítica que renació de las cenizas, transporta a los trabajadores más de 600 metros a través de roca sólida por una perforación con un diámetro levemente mayor al ancho de los hombros.
La cápsula que está llevando a los mineros chilenos a la superficie, bautizada «Fénix» por el ave mítica que renació de las cenizas, transporta a los trabajadores más de 600 metros a través de roca sólida por una perforación con un diámetro levemente mayor al ancho de los hombros.
Para el rescate, los mineros son provistos de un traje liviano especial, a prueba de agua.
También llevan un monitor del ritmo cardíaco para controlar sus signos vitales durante el ascenso
Además, cuentan con una mascarilla de oxígeno, además de audífonos con micrófono para estar en permanente contacto con la superficie.
Bandas elásticas alrededor de las piernas previenen problemas circulatorios durante la travesía.
El ascenso de cada minero a la superficie dura entre 12 y 15 minutos.
En caso de que la cápsula se atore, los trabajadores pueden activar una serie de palancas dentro del cubículo para bajar nuevamente al fondo de la mina.
Una de las mayores preocupaciones de los médicos son los ojos de los mineros, que no han sido expuestos a la luz del día durante meses.
Los trabajadores deben salir con los ojos cerrados e inmediatamente se les dan anteojos oscuros para evitar cualquier daño a la visión.