Tres palabras que poco dicen de lo difícil que resulta anunciarle al otro que lo hemos dejado de querer, que ya no seremos más una pareja.
La decisión conlleva situaciones muy difíciles, acompañadas, muchas veces, de resentimiento, sed de venganza y hasta arranques de violencia.
Para que el corte sea lo menos conflictivo posible, lo mejor es aprender a comunicar este cambio en nuestros sentimientos.
Para eso conviene:
– No tomar la decisión como consecuencia de un arrebato.
Hay que hacerlo depués de un profundo análisis de los pros y contras de la vida compartida y de la que tendremos una vez que estemos sin pareja.
– Evitar los reproches y huir del sentimiento de culpa.
Cuando una relación dejó de funcionar, en general, no hay un único responsable sino dos.
– Buscar un lugar y un momento adecuado para dar la noticia.
Evitar que la conversación sea una discusión.
– Intentar transmitir lo que nos pasa con total honestidad.
Conviene procurar no dañar innecesariamente al otro. La sinceridad sin delicadeza es brutalidad. Lo mejor es ponerse en su lugar antes de hablar y también durante la conversación.
– Contestar, en la medida de lo posible, las dudas y preguntas que nos formulen.
Esto ayudará a que tu ex pueda asumir mejor la ruptura.
– Mantener en reserva la ruptura.
No dar demasiados detalles íntimos ni al entorno familiar ni a los amigos. No buscar que la gente tome partido por uno u otro.
– Si la separación es definitiva, no caer en la tentación de los encuentros fortuitos y las llamadas o mensajes.
Lo mejor es darle tiempo al corazón para que cicatrice.
– Concentrarse en lo bueno que tuvo la relación.
El tiempo permitirá verla como una experiencia que, sin duda, ayudó a crecer