Al concluir la XLII Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, se informó que los integrantes de ese grupo especial, cuya fecha de activación y otros detalles no fueron revelados, deberán ser nombrados por los propios mandatarios.
La cita semestral del bloque, en la que el presidente de Uruguay, José Mujica, cedió la presidencia del grupo a su homóloga de Argentina, Cristina Fernández, llegaba con serias expectativas de que los jefes de Estado tomaran “una decisión política” que salvara el obstáculo del Parlamento uruguayo.
Además, se esperaba que el ecuatoriano Rafael Correa presentara una petición formal para que su país pase del estatus de asociado, que también tienen Perú, Chile y Colombia, al de miembro pleno.
La posible adhesión de Venezuela, que se remonta a 2006, fue aprobada primero por los poderes Ejecutivos de los cuatro países, y después por los Legislativos de Argentina, Brasil y Uruguay, pero desde hace un lustro está trabada en el Parlamento paraguayo.
A propuesta de Uruguay, y con el respaldo abierto de Argentina y Brasil, menos claro de Paraguay, los cancilleres de los cuatro países anunciaron el lunes en la reunión del Consejo del Mercado Común previa a la cumbre que los presidentes darían a conocer hoy una postura política para avanzar en ese proceso.
El mero anuncio de una propuesta de ese tipo fue mal recibido por la oposición paraguaya, que controla el Parlamento, y también por la uruguaya.
Ambas amenazaron con realizar juicios políticos a sus presidentes por considerar que se trata de una violación de las respectivas constituciones.
El Tratado de Asunción, con el que se creó el bloque en 1991, establece que la adhesión de un nuevo miembro debe ser autorizada de forma unánime por los Estados parte, es decir, por el Ejecutivo y el Legislativo de los países.
Antes del inicio de la cumbre el expresidente de Uruguay Luis Alberto Lacalle afirmó a Efe que la eventual concreción de la adhesión de Venezuela al Mercosur sería el “comienzo del fin” del bloque.
Por su parte, el senador y excanciller de Lacalle, Sergio Abreu, fue más lejos al señalar a una radio paraguaya que un ingreso de Venezuela al Mercosur que esquive el bloqueo del Parlamento paraguayo sería “un golpe de Estado internacional”.
El Senado paraguayo, dominado por la oposición al mandatario Fernando Lugo, alega supuestas actitudes antidemocráticas por parte del presidente Hugo Chávez para no aprobar la adhesión de Venezuela.
Durante la sesión plenaria de la cumbre, Chávez aseguró hoy que el ingreso de su país al Mercosur está frenado por “intereses inconfesables” de un “pequeño grupo”.
Recordó que ya han pasado 13 años desde que Venezuela pidió incorporarse al bloque y que, pese al apoyo obtenido, en particular de los expresidentes Néstor Kirchner, de Argentina, y Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, no lo ha conseguido aún.
“Yo he tenido una paciencia sin límites al respecto porque se han dicho cosas sobre Venezuela que eran una falta de respeto”, afirmó.
El gobernante venezolano dijo que “hay muchas infiltraciones de manos peludas, manos viejas, haciendo de todo” para dividir a los países suramericanos.
Celebró asimismo que los presidentes del bloque hayan resuelto crear la comisión de alto nivel y mostró su esperanza para que esa iniciativa tenga éxito.
“Ojalá no tarde tanto Ecuador como ha tardado Venezuela para incorporarse al Mercosur”, le dijo Chávez a su colega ecuatoriano, Rafael Correa, que planea solicitar la adhesión plena de su país al mayor bloque comercial de Suramérica.
A pesar de que en días pasados Correa había anunciado que en esta cumbre podría presentar formalmente su petición para formar parte del bloque, hoy aclaró que esa solicitud todavía está en estudio.
EFE