Así lo anunció Silva a la emisora RCN Radio, donde detalló que esta visita está complementada con el encuentro del comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, Freddy Padilla, con los altos mandos militares de Estados Unidos y México en Washington.
«Vamos a revisar todos los acuerdos de cooperación con ellos (Estados Unidos), el desarrollo del acuerdo reciente que se firmó», señaló Silva, en referencia al convenio por el que soldados y contratistas estadounidenses podrán acceder al menos a siete bases militares colombianas.
Reconoció que la instrucción del presidente Uribe es que se adelanten «todos los componentes de ese programa«, acuerdo que trajo consigo la controversia en la región, hasta el punto en que Venezuela congeló relaciones diplomáticas con Colombia como represalia, pues considera que el pacto es una amenaza para la región.
Se trata de una vista con una agenda «bastante extensa», porque según sostuvo Silva, «Colombia y EE.UU. son aliados militares y en ese sentido hay mucho que hablar».
Por ello, se analizará la cooperación de ambas naciones en su ayuda a otros países de la región para combatir el narcotráfico, como sucede con México o Panamá.
Silva citó como ejemplo de esta cooperación la captura ayer en Quito de uno de los diez narcotraficantes más buscados del mundo, Ramón Alberto Quintero, en un operativo conjunto entre las policías de Colombia y Ecuador.
Por su parte, el embajador estadounidense en Colombia, William Brownfield, adelantó que Gates en su visita a Colombia dará a conocer algunos detalles del reciente convenio firmado entre EE.UU. y Brasil, el cual busca «fortalecer la lucha contra el narcotráfico» y no tiene otras intenciones, según dijo.
El Gobierno brasileño, que criticó duramente el acuerdo militar colombo-estadounidense, precisó recientemente que el convenio que firmaron con EE.UU., el pasado lunes, no puede compararse al anterior porque no contempla la cesión de bases militares, sino que está basado en la cooperación y el diálogo.
Sin embargo, Silva interpretó ese acuerdo «como una señal muy positiva que demuestra que lo que viene haciendo Colombia es lo correcto» e identificó «elementos muy parecidos» entre los dos planteamientos.