Eso lo logró el equipo Cocodrilos de Caracas el pasado fin de semana cuando se llevó la serie en Puerto La Cruz, ya que en 2010 también pudieron ganar los dos partidos en “La Caldera del Diablo”.
Con esta gesta, el conjunto de la capital mejoró su registro en la última década en el gimnasio Luis Ramos a 10-21, pero de esas 10 conquistas, ocho han sido de la mano del entrenador Néstor Salazar. Siete desde que arribó a la organización en 2007 hasta ahora y la otra fue cuando estuvo en el año 2004.
“Cuando venimos a esta cancha o a cualquiera, lo que le pido a los muchachos es que tratemos de hacer nuestro juego y que se enfoquen mentalmente”, dijo el coach Salazar, tras el triunfo del domingo.
“El control de los partidos hay que tenerlo durante los 40 minutos y fuera de casa hay que estar más concentrados aún. En esta serie no lo hicimos del todo pero lo más importante fue lo que sacó a relucir el equipo en los momentos críticos”, explicó el técnico.
En los dos careos, Cocodrilos siempre estuvo perdiendo pero en los dos minutos finales de cada partido fue que pudo tomar el control, gracias a una mejor ejecución que los navales en los momentos de presión.
El pívot Jack Martínez que en la serie promedió 18 tantos, aseguró que la clave fue creer en ellos mismos.
“Nos mantuvimos creyendo que podíamos ganar. Yo les decía a los muchachos que estuviéramos tranquilos porque ellos no estaban ejecutando al final. Entramos más agresivos, apretamos en defensa y se dio”, contó el dominicano.
A pasar la página
En el bando de Marinos la barrida en casa no estaba en los planes y se alejaron de la cima a 2.5 juegos, pero confían en recuperarse.
“Al final bajamos y ellos supieron concretar. Hay que ser fuertes mentalmente para superar este momento. Falta mucho todavía y seguiremos trabajando”, afirmó el base del Acorazado, Gregory Vargas