Clap-clap-clap…

Supongamos que quien está leyéndonos (supuesto negado, desde luego) tiene una alta posición que ni soñaría dentro de otra coyuntura que no fuera El-Proceso mandante (no es Ud. pero no importa, siga de todos modos, porfa) Tiene una casa fabulosa, vehículos para desplazarse por tierra-aire-mar, viajes en 1ª con alojamiento ídem, víveres y bebidas a granel, servidores, escoltas, estilistas, vestuario, seguridad, ingresos y cuentas jugosas en diferentes bancos (foráneos, porsia) etc.

Como cada quien juzga a su acomodo, no tiene que extrañarnos que clame con prepotencia malcriada que tenemos comida para alimentar a 3 naciones iguales a esta, que aquí la gente come tres y hasta más veces por día, que medicina, atención hospitalaria y preventiva hay de sobra.

No tiene que saber de necesidad quien cuida que la delicada suela de los zapatos de cientos de US$ que calzan sus cuidados pies no roce el suelo áspero en una “cola” o patee calles en busca de comida o de medicinas como el resto de los compatriotas obligados a leer la siguiente literatura impresa en un paquete de harina de maíz no de la marca que prefiere:

“La sociedad de cómplices en que vivíamos permitió el enriquecimiento de algunos con los dineros de toda la nación. Por ejemplo, no se sabía realmente cuánto nos entraba por el petróleo ni cuánto se desviaba por ahí… Hoy los recursos del petróleo no se quedan a medio camino: con participación y con Contraloría Social por fin están llegando al pueblo en salud, en educación, en alimentación ¡en futuro!”

¿Es una burla? ¿No? El mal recordado Goebbels aplaudiría clap-clap-clap a tan fieles seguidores de la consigna “Una mentira muchas veces repetida se hace verdad”. Para Cervantes “La verdad flota sobre la mentira como el aceite sobre el agua” y ahí están los reportes del hambre, de gente hurgando basura en busca de comida, de niños muertos de mengua porque para eso “no hay real”.

Esa excusa es dudosa ante la fortuna -digna de mejor causa- invertida en el agasajo al sujeto del Caribe que ha celebrado demasiados cumpleaños mientras “el hombre nuevo” local pregonado por la reINvolución, quizás no celebre ni uno. O como la agraciada joven cuyos ostentosos 15 circulan por la red, celebrados en una ciudad petrolera de EUA con reales que su papi debe aclarar a la justicia del tan hipócritamente denostado “Imperio”, como deberían aclararse los relativos al costo de la fastuosa boda realizada en Dubai por el hijo del gobernador de un estado litoralense rico en carencias.

Por eso, como dijo Bolívar, “Necesitamos reunir todas nuestras fuerzas para lograr un resultado capaz de variar la suerte del país” y que reinen libertad, justicia y prosperidad para todos a partir del 1º de septiembre.

Aplausos: clap-clap-clap.

Fuente.TalCual