Mientras el cine mexicano, la industria más poderosa de Latinoamérica, perdió más de 1,5 millones de personas de 2009 a 2010, según datos difundidos por la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) de México, el venezolano ganó más de 1,3 en el mismo período. De acuerdo a cifras de la industria venezolana, en 2009 hubo 415.683 espectadores para las películas nacionales, cifra que aumentó a 1.745.488 al año siguiente.
Es importantísimo que una película venezolana, La Hora Cero, se haya colado entre las 10 más taquilleras de Hollywood. La ópera prima de Diego Velasco fue vista desde su estreno, el 8 de octubre, hasta el 31 de diciembre de 2010 por 716.803 personas, colocándose como la séptima más vista sobre títulos como Furia de Titanes y Karate Kid. La más taquillera de Venezuela el año pasado fue Toy Story 3, con 1.438.672 boletos vendidos, seguida de Shrek 4 (1.322.789) y Alicia en el país de las maravillas (1.084.789).
Venezuela se recupera exponencialmente desde 2005 hasta el punto de mostrar en 2010 una proporción de 1 boleto por persona, superando a países como Argentina (0,8) y Brasil (0,5), donde la gente está yendo menos al cine. Según estimaciones empíricas de expertos de la industria local, se calcula que un venezolano va a las salas dos veces al mes, en promedio. En México la proporción es de 1,8.
De 2005, año de la aprobación de la reforma de la Ley de Cinematografía, a 2010, el crecimiento de la base de espectadores ha sido sostenido, pasando de 19.7 millones a 28.7 el año pasado. Relacionando esta cifra con la proyección de habitantes del país que aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE) de 28.8, resulta la proporción de 1 boleto por persona.
En términos cualitativos, 2010 fue un año bien fructífero en premios internacionales. Basta recordar algunos como el de Moscú, La Habana y Huelva para Hermano de Marcel Rasquin y el del Festival de Cine Latino de Los Ángeles para Habana Eva de Fina Torres, entre otros.
Donde hay que hacer esfuerzos significativos es en infraestructura. México cuenta con 5.032 salas de acuerdo a las cifras de Canacine, mientras Venezuela apenas tiene 640, sumando las 419 salas/pantallas comerciales -ubicadas en 76 complejos de cine-, 200 salas comunitarias, 18 de la Cinemateca Nacional y 3 salas de arte y ensayo.
El cine de Hollywood sigue aplastando a la producción local, a pesar de la cuota de pantalla obligatoria para el cine venezolano y otras medidas de protección establecidas en la Ley de Cine vigente, el incremento de la producción y la respuesta positiva del público. De las 10 más taquilleras de 2010, ocho son películas estadounidenses, una de Reino Unido y apenas una es nacional (La Hora Cero).
El consuelo para Venezuela es que en México -donde no hay medidas de protección hacia el cine local- también Hollywood ahoga a la producción local y de otras latitudes. Según estadísticas de la industria, el número de películas estadounidenses que llega a los cines aztecas es más del doble que el de producciones mexicanas que, si no están apadrinadas por los grandes estudios estadounidenses, apenas consiguen un lugar en cartelera. Las películas no producidas en Hollywood tampoco tienen mucha cabida.
En conclusión, el cine venezolano está en buena forma, aunque no hay que confiarse. Necesario es hacer ejercicio, tomar agua y vitaminas, y comer balanceadamente.
Habría que apuntalar aún más la producción en cantidad, pero, sobre todo, en calidad; invertir en salas; tomar en cuenta que la protección al cine es un asunto de Estado pero también de los cineastas, que deben mostrar productos que merezcan tales medidas; y flexibilizar el tema de las divisas tanto para procesos de producción y posproducción de películas, como para adquisición de títulos no estadounidenses.