El muchachito, Ferhat Tokay, también usó sus zapatos como almohada y atisbaba por un pequeño resquicio entre los escombros para ver si era de día o de noche, dijo su tío.
Tokay fue descubierto el viernes por la madrugada después que rescatistas de Azerbaiyán les dijeron a familiares del niño que se fueran a descansar por considerar que ya no había esperanzas de encontrarlo con vida.
“¡Ni siquiera tenía un rasguño!”, se asombró su tío, Sahin Tokay, en una entrevista con la televisión NTV. “Estaba hambriento el primer día, pero después se le fue pasando el hambre”.
Ferhat trabajaba en una zapatería en la planta baja de un edificio de varios pisos en la ciudad de Ercis cuando ocurrió el sismo. La agencia noticiosa estatal Anatolia dijo que se mantuvo con vida gracias a las lluvias intensas que cayeron después del terremoto.
El edificio del cual fue sacado Tokay estaba en Ercis, el poblado más golpeado por el terremoto.
Turquía es mayormente musulmana y en Ercis muchos fieles efectuaron las tradicionales oraciones musulmanas de los viernes al aire libre, en parques o en calles llenas de escombros por el terremoto.
La cifra de muertos por el sismo de 7,2 de magnitud que golpeó el este de Turquía aumentó el viernes a 570 personas, indicaron funcionarios turcos.
El centro de crisis del gobierno informó que 2.555 personas resultaron lesionadas por el sismo, mientras que 187 personas fueron rescatadas.