La economía nipona se ha visto golpeada por una caída en las exportaciones y de la demanda de los consumidores, mientras que China disfruta de un auge en la fabricación de productos.
Al ritmo actual de crecimiento, los analistas consideran que China superará a Estados Unidos como la economía más importante del mundo en una década.
“Es realista decir que dentro de diez años, China tendrá más o menos el mismo tamaño que la economía de EE.UU.”, señala Tom Miller, de GK Dragonomics, una consultora económica con sede en Pekín.
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Existe un debate sobre el momento exacto en el que Japón dejó de ser la segunda mayor economía del mundo, y algunos analistas creen que eso sucedió en el tercer trimestre del año pasado.
Sin embargo, las cifras para todo el año permiten una comparación más concreta.
Según el Fondo Monetario Internacional, el producto interno bruto de Japón fue de US$5,39 billones en 2010, mientras que cifras preliminares de China indican que su PIB el año pasado fue de US$5,75 billones.
En FMI calculaba que la economía de Japón haya crecido alrededor de 2,8% en 2010, según el FMI, mientras que el crecimiento de China se espera que haya sido de un impactante 10% cuando se publiquen sus cifras revisadas.
“Impresionante”
La mayor parte del crecimiento de China fue financiado por la inversión en la fabricación y por la expansión de las industrias nacionales de China, además de obras de infraestructura.
Estas actividades condujeron a un aumento de las exportaciones luego de que China se convirtiera en un centro de producción para las marcas multinacionales que querían beneficiarse de los bajos costos laborales, además de las carreteras en expansión y los enlaces ferroviarios.
“Hubo un énfasis en la infraestructura”, señala Duncan Innes-Ker, de la sede en Pekín de la consultora Economist Intelligence Unit (EIU).
“Estaban construyendo muy por arriba de demanda esperada. Y como la infraestructura estaba allí, las empresas fueron allí”.
Mientras que la economía de China creció, se crearon nuevos puestos de trabajo que hicieron que la gente dejara las zonas rurales y la agricultura y buscara trabajos mejor remunerados en los centros urbanos.
“La clave fue el enorme desplazamiento hacia las ciudades de las personas que trabajaban en el campo”, explica Miller, de la consultora Dragonomics GK.
“La urbanización es un cambio estructural clave en los últimos 30 años”.
Al mismo tiempo, la inversión en China desde el extranjero creció, ayudando a impulsar el valor de las mercaderías y los bienes a nuevos máximos.
“El nivel de inversión en China es bastante impresionante”, afirma Innes-Ker.
“En 2009, vimos casi un 25% de crecimiento, año tras año, en términos reales de inversión. Esto no tiene precedentes para una economía grande”.
“Década perdida”
Por el contrario, Japón ha estado luchando para lidiar con lo que muchos analistas llaman una “década perdida”.
En la década de 1980 los productos japoneses -como los electrónicos y los vehículos- tenían demanda a nivel mundial, y en su momento de mayor apogeo la economía creció más del 7% anual.
Pero esto a su vez alimentó un gasto desmesurado y un enorme endeudamiento, y hacia la década de 1990 se habían desarrollado burbujas en los mercados de valores y la propiedad.
“El valor de la tierra no era realista y el gobierno trató resolver el problema aumentando la deuda. La productividad de la economía sufrió realmente”, relata Innes-Ker.
Hoy en día, hay señales de que Japón ha logrado encauzar su economía, pero aún debe lidiar con el impacto del envejecimiento de la población y una baja demanda de consumo.
¿Comparación justa?
Aun así, la mayoría de los economistas coinciden en que mientras que China en su conjunto está creciendo, y la persona promedio es cada vez más rica, el sólo comparar el tamaño de su economía con la de Japón no pinta un cuadro exacto.
“El PIB per cápita en China es cerca de US$4.500, pero en Japón es aproximadamente US$40.000″, explica Miller.
“La mayoría de la gente en China todavía es pobre, hay más personas viviendo en el campo que en las ciudades. El japonés promedio es mucho más rico que el chino medio”, agrega.
¿Tiempos difíciles?
Y aunque China puede ascender en la tabla de potencias económicas, no está exenta de problemas.
Su rápido ritmo de expansión está acelerando la inflación, y los analistas advierten de una posible burbuja gestándose en el mercado inmobiliario.
El gobierno, por su parte, se enfrenta a crecientes críticas internacionales por su política monetaria y es acusado de mantener el yuan infravalorado.
Frente a estos problemas, los economistas esperan que el crecimiento económico de China pueda desacelerar notablemente.
“China debería seguir creciendo por varios años, pero el crecimiento se reducirá un poco a 7,8%”, dice Miller, de GK Dragonomics.
“Cuanto más grande se es, más difícil es seguir creciendo muy rápido”.
Pero incluso a un ritmo más lento, China debe seguir trepando hacia el lugar en la tabla d elas mayores economías del mundo.