Ouyang, quien dirige actualmente las misiones lunares que financia Pekín, señaló en la conferencia, organizada por la Sociedad China de Astronáutica, que en una primera fase se enviarán sondas a Marte, en la segunda se intentará un «aterrizaje suave» en suelo marciano y la tercera será de exploración del planeta.
El programa chino de exploración de Marte sufrió un serio revés el pasado año, cuando fracasó el lanzamiento de la primera sonda que el país tenía pensado mandar al planeta rojo, el minisatélite «Yinghuo I», junto a la estación interplanetaria rusa Fobos-Grunt, que quedó fuera de control poco después de ser lanzada al espacio.
Tras ese fracaso, el programa espacial chino ha retomado los planes de un programa independiente de exploración de Marte, desligado de Rusia, habitual colaborador de China en anteriores fases de su carrera espacial.
El actual programa de exploración lunar de China se interpreta, en ese sentido, como un adelanto de lo que el país asiático podría lograr en Marte: Pekín lanzó su primera sonda a la Luna, el «Chang E I», en 2007, la segunda en 2010, y ya prepara una tercera para 2013, que sería la primera en alunizar.
El futuro «Chang E V», que si los planes se cumplen podría ser lanzado a la Luna en 2017, sería el primero que regrese a la Tierra, de cara a futuras misiones tripuladas chinas al satélite terrestre.
En 2003, China fue el tercer país en enviar un hombre al espacio después de la extinta Unión Soviética y de los Estados Unidos.