El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, aseguró que su país apoyará nuevas medidas contra Corea del Norte tras la última prueba nuclear realizada por el régimen de Kim Jong-un.
El Consejo de Seguridad de la ONU «debe responder» y «adoptar las medidas necesarias», manifestó Wang en una rueda de prensa en Pekín, donde añadió que las sanciones son sólo parte de la solución pues -en su opinión- deben ir acompañadas de diálogo y negociaciones.
Estas declaraciones de Wang llegan después de que el presidente Xi Jinping mantuviera una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en la que el líder chino urgió a resolver el conflicto por la vía pacífica.
El Gobierno chino anunció este jueves que ha presentado una queja formal contra el sistema antimisiles THAAD, cuya instalación finalizó este jueves en territorio surcoreano, al considerar que podría emplearse para espiar a sus bases militares.
«Hemos presentado una comunicación formal a Corea del Sur», afirmó este jueves en una rueda de prensa un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang. Con esta nueva medida, Pekín reafirma su oposición al despliegue del sistema estadounidense de Defensa Terminal Área a Gran Altitud (THAAD), al asegurar que amenaza su seguridad, ya que el radio de alcance de su radar alcanza territorio chino.
«Una vez más, pedimos a Corea del Norte y a los Estados Unidos que se tomen en serio los asuntos de seguridad y los intereses de China y los países de la región, detengan el proceso de despliegue y destruyan todo el equipo pertinente», añadió el portavoz de la diplomacia china.
También Moscú ha mostrado en repetidas ocasiones su oposición al escudo antimisiles, cuyo radar de banda X puede adentrarse también en su territorio. Para ambos países, la presencia del THAAD en suelo surcoreano puede reducir su capacidad de disuasión, lo que afecta a sus intereses estratégicos y modifica el equilibrio entre las grandes potencias.
Por su parte, el Gobierno surcoreano advirtió de que «observará atentamente posibles reacciones de China», después de que el gigante asiático hiciera un boicot encubierto sobre empresas y productos surcoreanos como represalia por el THAAD, aseguró el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Cho June-hyuck.
El escudo antimisiles también ha provocado una gran polémica en Corea del Sur por el temor entre la población local a convertirse en objetivo primario para los ataques de Pyongyang y a los efectos que sus radares tengan para la salud y sus cultivos.
El despliegue completo de la batería del THAAD, que consta de al menos seis lanzaderas, llega 14 meses después de que Washington y Seúl acordaran su instalación en territorio surcoreano en julio de 2016 para contrarrestar la pujanza armamentística de Pyongyang.