Por su parte, las autoridades acudieron a la ley religiosa y a un tribunal constituido por los miembros más ancianos de la comunidad a la que pertenecía la joven. Estos decidieron que tanto la joven como su primo debían ser castigados con 100 azotes, que son los que llevaron a la joven Mosammet hasta la muerte.
Todo comenzó cuando Begum contó a la policía que había visto a la menor hablando con su esposo, Mahbub, de 40 años, cerca de su casa. Tras conocer la sentencia, hasta 25 personas, entre las que se contaban cuatro mujeres, llevaron a Mosammet arrastrando hasta el interior de una casa, donde fue golpeada. Una semana más tarde murió en el hospital de Dhaka.
“¿Qué clase de justicia es esta?”, dijo indignado Dorbesh Khan, el padre de la joven, a la BBC. “Mi hija ha sido golpeada hasta la muerte en el nombre de la justicia”. De momento, la policía ha detenido a cuatro personas, entre ellas se encuentra la propia Begum, y continúa la búsqueda de otros 14 supuestos implicados en el linchamiento público de Mosammet, acusados de haber participado en él o de ser cómplices, al no impedir que se produjera.
El primo de la joven también ha recibido su castigo de manos de su padre y ahora, según la policía, el hombre se encuentra en paradero desconocido.