Venezuela encadenó siete trimestre seguidos de crecimiento a junio y prevé cerrar el 2012 con una expansión de al menos un 5 por ciento, mientras que la inflación tocó mínimos de cuatro años en agosto a una tasa anualizada de 18,1 por ciento, datos esgrimidos por Chávez a pocas semanas de los comicios presidenciales como un éxito de sus políticas socialistas.
“Nosotros no tenemos previsto ningún ajuste del cambio“, aseguró el mandatario en una conferencia de prensa ante periodistas locales y extranjeros.
“Creemos que las variables macroeconómicas están bastante estabilizadas (…), tenemos una economía en crecimiento, una economía muy sólida”, agregó el líder izquierdista, quien intenta llevar a la nación caribeña por la ruta de un socialismo con sello propio.
Sin embargo, economistas calculan que el bolívar está sobrevalorado y que probablemente el gobierno que asuma en febrero del 2013 deba contemplar la necesidad de “sincerar” el tipo de cambio en un país que cada vez depende más de las importaciones, sostenidas por la vasta renta petrolera.
Expertos creen que el actual tipo de cambio de 4,3 bolívares por dólar resta competitividad a los productos venezolanos en el Mercosur, bloque económico al que país caribeño se incorporó recientemente junto con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, al tiempo que favorece las compras en el exterior.
El Gobierno de Chávez implantó en 2003 un férreo control cambiario que limita el acceso de particulares y empresas a las divisas que otorga el Estado a tasa oficial. Desde 2010, las autoridades abrieron un segundo mecanismo para cambiar divisas a través del Banco Central a un tipo de 5,3 bolívares por dólar.
Años antes y tras descartarlo en repetidas ocasiones, Chávez devaluó en enero del 2010 fijando un tipo de cambio dual de 2,6 bolívares por dólar para bienes de consumo prioritario y de 4,3 bolívares por dólar para el resto. Finalmente quedó unificado en 2011 cuando se eliminó la tasa preferencial.