“Esas plantas no tienen ideología, no tienen que ver con un gobierno y otro, o las relaciones entre ellos”, dijo el viernes Chávez en relación a las generadoras de 440 megavatios que llegarán entre marzo y junio desde Estados Unidos y serán distribuidos entre las estatales Sidor (acero) y Venalum (aluminio).
En agosto GE duplicará la generación, según precisó el mandatario.
Para Chávez, un férreo crítico del gobierno de Estados Unidos, estas “decisiones no son políticas (…) sencillamente hay una lógica del funcionamiento de las cosas”.
“Estamos trayendo unas máquinas de la General Electric (…) General Electric, empresa de los Estados Unidos. Nosotros le mandamos a Estados Unidos un millón y medio de barriles diarios de crudo”, ilustró su tesis.
La misma lógica aplica, según Chávez, para el análisis de la oferta de Colombia de reanudar el suministro eléctrico hacia Venezuela. “Si a nosotros nos interesa, lo compramos. No tenemos ningún problema”, dijo.
Caracas congeló en julio pasado sus relaciones con Bogotá a propósito de la firma de un acuerdo militar que permitirá que tropas estadounidenses operen de forma controlada en al menos siete bases colombianas.
Venezuela enfrenta una grave crisis energética debido a un sistema de generación colapsado y a la fuerte sequía que hizo descender a niveles críticos el agua del embalse del Guri (sur), responsable del 70% de la energía que consumen los venezolanos.