Cuando las dificultades económicas aprietan los bolsillos de los marabinos, se buscan diferentes mecanismos para cubrir con las necesidades básicas que se presentan en momentos específicos de la vida. Las vías más comunes que sacan de urgencias a las personas cuando están “limpios”, van desde empeñar prendas de oro, hasta acudir a lugares donde se puedan despedir por un tiempo de sus artefactos electrodomésticos y, en caso extremo de sus vehículos, todo por la difícil tarea de adquirir un porcentaje de dinero que les permita salir de algún apuro.
Existen numerosas razones por la cuales las personas acuden a negocios de casas de empeños de prendas de oro, lugares muy habituales por los marabinos cuando se les presenta alguna presión económica o cuando “están pelando” que es la frase más común. En visita a uno de estos lugares encontramos que por cada gramo de oro les ofrecen a las personas entre 80 y 120 bolívares para el empeño y de 120 a 165 bolívares para la venta. El tiempo estimado para que cancelen el total del préstamo es de tres meses con un porcentaje de cobro de un 10 por ciento en unos lugares y en otros con un 8 por ciento.
Mervin Suárez, de 24 años de edad, trabaja en un carrito por puesto de la ruta “Milagro- Norte” y “por mala suerte” se le daño el automóvil; la reparación le sale en dos mil bolívares. Por esa razón, decidió empeñar dos anillos y una esclava con un pero total de casi 16 gramos, la suma de dinero que le dieron fue de mil novecientos bolívares, cantidad casi que necesaria para poder arreglar el carro.
Empeñar lo más preciado
El recorrido que hacen las personas en búsqueda de los lugares donde se les ofrezca más por las prendas es bastante grande, debido a que visitan cada casa de empeño con la finalidad de encontrar el sitio más accesible a sus necesidades; muchas veces, llevan los objetos con gran desencanto por poseer un gran valor afectivo, pero se hace mayor la necesidad que el sentimiento.
Milagros Susspital es una señora de 72 años, en su recorrido a tres casas de empeños para realizar un avalúo a un prendedor de oro en forma de flor, indicó que como primer paso, anda en búsqueda del lugar donde le ofrezcan más dinero por la prenda, informó que una de sus necesidades se debe a que tiene un negocio y está “muerto” en esta temporada y no tiene para pagarle a los empleados y los servicios básicos. “Empeño o vendo la prenda con todo el dolor de mi alma, porque no tengo de donde sacar dinero, el negocio no se mueve y con lo que da no cubre gastos”, comentó.
Jorge Acevedo, de 35 años, encargado de una joyería de empeño precisó que las temporadas en que la gente acude con más frecuencia a estos lugares son los meses de diciembre- abril- mayo y enero: “estos son los meses en que las personas buscan más dinero y sobre todo en enero porque es el mes más fuerte del año”, dijo.
Las tiendas de antigüedades también son muy visitadas por aquellas personas que en algún momento “desean viajar”. Desde las cosas más útiles que pueda haber en un hogar como lo es un cubierto, llegan a esos sitios para que les sean comprados. Colecciones de vasos, caracoles, mercancía de plata y bronce, fueron unos de los tantos objetos observadas en una de las tiendas.
De empeñar a perder
Por otro lado, encontramos que los locales de empeños de carros también son muy visitados, pero en este caso para necesidades más extremas como el de cancelar la deuda de una casa, hipoteca o el de cubrir con los gastos de alguna enfermedad grave, o por la muerte de un familiar y, como no tienen dinero la única opción que se les presenta es la de decirle adiós al carro por unos meses.
Rita Ochoa, de 36 años, encargada de una casa de empeño de auto reseñó que a diario acuden de dos a más personas para abandonar sus vehículos “por un tiempo” y “la mayoría llegan por problemas de que tienen un familiar que operar y no encuentran de dónde sacar dinero”. Explicó que principalmente en estos negocios se le realiza una revisión al auto para saber en qué condiciones se encuentra para evaluar la cantidad de dinero que se le puede dar a quien lo está empeñando que generalmente es la mitad de lo que cuesta, es decir, “si el costo es de 40 mil bolívares el empeño será de 20 mil bolívares”.
Sin embargo, es más alto el porcentaje de las personas que pierden el vehículo que aquellas que cancelan a tiempo: “quienes empeñan los autos lo hacen con la probabilidad de recuperar su vehículo pero por la falta de dinero la mayoría de las veces a las personas se les pasa la fecha tope, que va de tres a seis meses, y lo pierden”, puntualizó.
El valor material les puede llegar a costar hasta el doble de lo que cuestan los vehículos. Adilso Hernández un joven de 24 años, encargado de un local de empeño de vehículo, contó la historia de un negociante que llevó su carro y tardó hasta más de un año para cancelar la deuda: “la persona me decía que no tenía para sacarlo pero que si podía cubrir la cuota de los intereses y me decía que no quería perderlo porque se lo había regalado su papá hasta que, cuando pasó el año, pudo sacarlo”. Informó.
“Los casos más comunes de personas que han venido a empeñar lo hacen para poder cancelar la inicial de una casa, para hacer la inversión en un negocio, porque tienen a un familiar enfermo o de pronto tienen otro carro nuevo y para poder cancelar las letras atrasadas del carro vienen y empeñan el vehículo viejo” precisó Hernández.
Los marabinos cuando se les presentan los dolores de cabeza por no tener “cobre”, los préstamos de dinero con porcentaje son también una opción. Existen de varios tipos, el más común es el de negociar sólo de “palabra”, esto lo hacen personas cercanas al negociante, es decir se le pide prestada una cantidad exacta y se le suma un diez por ciento adicional para ser cancelado en un mes. También existe otro con el mismo procedimiento pero con un mecanismo más viable, en este caso se firma una letra y se le cancela al prestamista hasta el 15 por ciento de intereses.
Igualmente, hay a su vez lugares de empeños de artefactos electrodomésticos, aquí conocimos que lo hacen personas sin un negocio establecido, es decir desde sus casas. Hay quienes empeñan cámaras, celulares, televisores, equipos de sonido; de igual forma se hace un avalúo del precio y se les hace el préstamo a la mitad de lo que realmente cuestan los objetos, con un documento firmado que compromete a quien solicita el préstamo para ser cancelado en un mes y muchas veces en una fecha establecida a conveniencia del cliente.
Sin lugar a dudas, cuando a los marabinos se les presentan distintas dificultades para poder adquirir dinero, bien sea porque “la situación económica del país está difícil” o porque “están desempleados” buscan como primera instancia empeñar lo que se le cruce en el camino, desde una prenda de oro hasta una simple colección de cubiertos de plata, todo por la difícil tarea de ayudarse a cubrir sus necesidades básicas, aunque a veces, con gran lamento, se tengan que deshacer de sus objetos temporalmente o quizás por siempre.