En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, afirmó que la colocación de la bomba de fabricación casera “buscaba causar el terror y por lo tanto quien sea quien lo hizo puede ser descrito como un terrorista”.
Con estas palabras, Gibbs iba más allá del presidente Barack Obama, que al pronunciarse sobre el incidente el domingo no llegó a describirlo como un atentado terrorista.
El portavoz de la Casa Blanca subrayó que “hasta el momento desconocemos quién puede ser responsable”.
El diario “The Washington Post” cita hoy a fuentes de la Casa Blanca para indicar que el atentado “tiene cada vez más el aspecto de haber sido coordinado por varias personas en una trama con vínculos internacionales”.
Según los altos funcionarios, la investigación prosigue y aunque se confirme que el atentado guarda lazos internacionales ello no quiere decir que necesariamente la red terrorista Al Qaeda esté inmiscuida en el incidente.
El sábado en la noche los explosivos colocados dentro de una Nissan Pathfinder, ubicada en Times Square, una de las zonas más turísticas de Nueva York, comenzaron a arder pero no llegaron a estallar.
Según explicó hoy la Casa Blanca, Obama ha telefoneado al vendedor ambulante Duane Jackson, quien dio la alerta a las autoridades, para agradecerle su rapidez de reacción en el incidente.
Jackson, de 58 años, indicó que vio el vehículo aparcado con las llaves puestas, le pareció sospechoso y alertó a un policía municipal que pasaba a caballo
NP