Lo que comenzó con un duelo de lanzadores entre Ramón Ramírez y Seth Etherton, que llegó al octavo episodio con pizarra de 1 carrera por 0 a favor de los Tigres, terminó anoche con otra sesión de batazos y un último episodio de infarto, en el que cinco «apagafuegos» de ambos clubes encajaron nueve anotaciones en el estadio José Pérez Colmenares.
Luis Jiménez y César Suárez coronaron con jonrones sendos rallies de cuatro rayitas en el octavo y el noveno innings, con los que Anzoátegui volteó la pizarra y venció a Aragua 8 por 7, tomando ventaja en la serie al llevarse el quinto juego de la final.
Etherton cumplió la palabra empeñada, tras prometer que se reivindicaría de la mala salida que tuvo en el primero de la serie. El derecho no entregó boletos, embasó sólo a tres hombres y el único corredor que le pasó de la inicial, Alexi Amarista, lo hizo después de un robo y un error en el tiro del catcher Wilson Ramos.
Ramírez no fue menos que el norteamericano. Decidido a dejar atrás el tropiezo del lunes, trabajó con finura y envíos bajitos a un lineup que fabricó 16 carreras el día antes, logrando que 15 de sus 16 outs ocurrieran dentro del cuadro, antes de ser relevado.
El antiguo grandeliga quizás pagó un impuesto a sus recientes tiempos como cerrador de los indígenas, al llegar al quinto tramo. Dominó a Lastings Milledge con un manso rodado por el centro, pero perdió el equilibrio al culminar su windup, y con Milledge en circulación, toleró la única anotación de su cuenta, cuando Alex Núñez y Hernán Iribarren le conectaron hits.
El manager Julio Franco leyó algo en esa entrada y en lo que ocurrió a la siguiente, que Ramírez comenzó con un bolazo para Alex Romero. Por eso, cuando Wilson Ramos sonó el único elevado a los jardines que recibió el nativo de Cagua, llamó a sus relevistas, a pesar de la evidente resistencia de su abridor.
Era, por mucho, el mejor desempeño de los monticulistas aborígenes, que habían tolerado 34 rayitas en los primeros cuatro partidos, a un promedio de casi 9 por partido y con un piso nunca menor de 5.
La adormecida alineación oriental, que desde el miércoles tenía 20 pasajes sin producir carreras, finalmente estalló, y lo hizo contra el relevista más seguro de los felinos, Yohán Pino, a quien el manager Buddy Bailey decidió poner sobre la loma para recorrer el último tercio del cotejo.
Pino, aquejado por una conjuntivitis, permitió las cuatro del octavo. Y Wilfredo Ledezma y Francisco Buttó, llamados a mantener la diferencia de tres, recibieron las otras cuatro cuando la defensa se desfondó.
El dominicano José Cabrera, seguro en todas sus salidas previas en Venezuela, no llegó controlado esta vez. Permitió un sólido doble de Ramos para la segunda de los Tigres, en el octavo, y explotó en el noveno, cuando Aragua estuvo a punto de emular la épica levantada de hace cuatro años frente al Magallanes, pisando cinco veces el plato y dejando el empate en circulación.
Alex Herrera festejó el último out. Recibió parte del daño, pero pudo ponchar a Jesús Guzmán y puso a su escuadra a un triunfo de la gloria.
Los Tigres buscarán coronarse barriendo como visitantes hoy y mañana, como hicieron contra los Leones en enero de 2008. Los Caribes tratarán de impedirlo y ganar así el boleto a la Serie del Caribe, en una faena que sería doblemente histórica para la tribu, pues sus relevistas han recorrido 30 innings en cinco días de acción.