El nerviosismo del debutante fue repelido rápidamente en el propio primer episodio, donde la delegación vinotinto pudo conectar al conocido escopetero Willie Collazo y aprovechar una irregular defensiva de Puerto Rico. En ese episodio inicial, los anzoatiguenses fabricaron cuatro de sus cinco anotaciones del compromiso, con pecados que permitieron que Niuman Romero empezara el choque embasándose y cuando el jardinero borícua Lou Montañez no pudo agarrar una línea de Eliézer Alfonzo que le costó a su causa dos anotaciones.
A esta bofetada tempranera se le aderezó la actuación de Seth Etherton. El derecho, refuerzo tomado de los Tigres de Aragua, se vio como si el Isidoro García hubiese sido su casa durante toda la temporada. Siendo dicho estadio un paraíso para los lanzadores, por sus extensas dimensiones, el serpentinero norteamericano obligó a sus contrarios a conectar flys, muchos de los cuales fueron en el cuadro interior. Tal fue el dominio que en su trabajo de 6.0 capítulos completos (que se tradujo en 18 outs) todos ellos fueron realizados con elevados y líneas a los defensores. Al final, le fabricaron par de carreras, ponchó a uno y regaló dos boletos.
Después de la dictadura de Etherton, empezó a trabajar el nuevo cuerpo de relevistas y taponeros que trajeron los nuestros a suelo puertorriqueño. Órber Moreno abanicó a par de rivales en el séptimo, Luis Ramírez, aunque permitiendo una anotación y dos indiscutibles, fue el hombre del octavo y salió del problema con un buen dobleplay iniciado por el inicialista Luis JIménez. Francisco Buttó, taponero curtido en este tipo de certámenes, se encargó sin mayores problemas de ponerle el candado al triunfo venezolano y al feliz bautizo caribeño de los anzoatiguenses.
Hoy la tribu oriental irá ante los Toros del Este con la misión de ganar para ratificarse en la punta y hundir a los astados en el sótano.