«Ustedes me preguntarán por qué embasé la carrera del gane para ellos, pero Kroeger es el mejor bateador de la liga y con un jonrón también me ganaba», explicó el estratega, más franco que nunca. «No me lo esperaba», confesó Kroeger, quien curiosamente fue el último out al ser forzado en la intermedia tras roletazo de Jesús Guzmán.
«En el beisbol hay que tomar riesgos, si no los tomamos no ganamos», siguió Franco su explicación. «Ahora tenemos cinco victorias, nadie esperaba esto de nosotros, pero tenemos muchísima confianza».
Esa confianza de Caribes se vio plasmada en el sexto episodio, escenario que escogieron para hacer sus cinco carreras. «Tuvimos más paciencia en el plato y pudimos responder ofensivamente», reveló Eliézer Alfonzo, quien con su doble empató el juego.
En donde no hay mucha paciencia es en las tribunas del Universitario, especialmente con el manager Dave Hudgens. Cada vez que Kroeger se paraba en el plato, las pitas y el grito de «¡toque, toque!» estremecían la cueva melenuda. El viernes ante Tigres, Hudgens mandó a tocar a Kroeger, el campeón bate de la liga, hasta que se ponchó en el intento.
Dos días más tarde, con tal de no enfrentar a Kroeger, Caribes prefirió quemar el librito y darle boleto intencional. «Hoy por hoy, Kroeger es mucho mejor bateador que Guzmán. Nunca iba a permitir que él me diera el batazo», dijo Franco.
Irónicamente, Franco hizo lo mismo que Hudgens el viernes: le quitó el bate a Kroeger. En ambos casos, perdió el Caracas.