El Departamento de Agricultura de Florida señaló que la mayor parte de los ejemplares de esta especie fueron capturados tras la alerta dada por personas a la línea de urgencia de la División de Plantas del citado departamento.
Se trata de una especie voraz con una expectativa de vida de nueve años que consume “al menos 500 tipos diferentes de plantas y supone un grave riesgo para la salud humana”, precisó la División de la Industria de Plantas del Departamento de Agricultura del estado.
Este molusco, que llega a alcanzar los 20 centímetros de largo y 10 de diámetro, puede ocasionar efectos “devastadores en la agricultura de Florida” por el daño que causa en las cosechas y el medioambiente tropical y subtropical.
Además, es capaz de provocar averías estructurales en construcciones y dañar el yeso y estuco de la viviendas.
Las autoridades han advertido a la población de que no toque este tipo de caracoles y que, en caso de recogerlos en el patio de la casa o en los jardines, lo haga con guantes.
Cada ejemplar contiene órganos reproductores de ambos sexos y pone alrededor de 1.200 huevos al año.
El último brote detectado y erradicado en Florida se produjo en 1966, cuando un niño trajo de contrabando tres a Miami como mascotas”, explicó el Departamento de Agricultura de Florida.
Poco después “la abuela del niño liberó los caracoles en su jardín y siete años más tarde se contabilizaron más de 18.000 caracoles, una plaga que costó erradicar diez años y más de un millón de dólares”. EFE