La lista de las veinte películas que competirán por la Palma de Oro incluye entre sus directores a Pedro Almodóvar, Lars von Trier, Nanni Moretti, Paolo Sorrentino, Aki Kaurismäki, Terrence Malick o los hermanos Dardenne, de quienes se espera que sostengan alto el listón de calidad del considerado mejor festival de cine del mundo.
El paseo por la alfombra roja de Brad Pitt y Angelina Jolie, Sean Penn, Penélope Cruz y Johnny Depp, Mel Gibson, Robert de Niro, Faye Dunaway, Antonio Banderas y Jodie Foster será un seguro absoluto de repercusión mediática.
Esta edición no carecerá de otros nombres que, como los de Woody Allen, Carla Bruni, Uma Thurman, Jude Law, Jean Paul Belmondo y Bernardo Bertolucci, «cargarán» con la responsabilidad de estar en el tuiteo relacionado con Cannes entre el 11 y el 22 de mayo.
Pero Cannes tiene este año el reto no solo de levantar la curiosidad por los famosos y sus excentricidades, sino de confirmar que es un festival que permite ver filmes que marcan tendencia y hacen ganar dinero.
De ahí que a los nombres estadounidenses en la selección oficial se agreguen pesos pesados del cine mundial, aunque la admiración por el cine de aquel país es devoción en La Croisette, y eso a pesar de que en la competición este año solo hay una cinta norteamericana: el filme de Malick.
Pero el evento mima de nuevo a los estadounidenses inaugurándose el día 11 con el filme de Woody Allen, Midnight in Paris, sin olvidar que por la alfombra roja desfilarán estrellas destacadas del cine norteamericano y que en los eventos paralelos, como la fiesta de AmFar, la organización de lucha contra el sida, se homenajeará a Elisabeth Taylor.
Para la competición en las quinielas de favoritos están Almodóvar con La piel que habito (Banderas en el reparto), Malick con El árbol de la vida (con Pitt y Penn dentro), Von Trier con Melancholia (Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg y John Hurt) o Moretti con Habemus papam (Michel Piccoli en papel de papa).
Pero Cannes también exhibirá cintas para cinéfilos como las óperas primas de Julia Leigh, Sleeping beauty, y de Markus Schleinzer, Michael, y otras como La source des femmes, de Radu Mihaileanu.
Grande es también la expectativa por filmes como el del cineasta turco Nuri Bilge Ceylan Bir zamanlar anadolu’da, del israelí Joseph Cedar Hearat shulayim o del francés Michel Hazanavicius, que hace protagonizar a John Goodman una cinta muda y en blanco y negro, The Artist.
Cannes dará motivo que hablar con La conquête, el filme mostrado fuera de competición del francés Xavier Durringer, sobre el ascenso político del presidente Nicolas Sarkozy.
Y es que el jefe del Estado francés y su esposa, la modelo y cantante Carla Bruni, aportarán el morbo de su presencia cinematográfica, que no la física, puesto que del primero no se espera asistencia y de la primera dama, entre rumores de embarazo, tampoco.
Cannes exhibirá también dos cintas «semiclandestinas» de dos directores iraníes con los que se solidariza por las duras circunstancias personales y de trabajo que soportan en su país: Bé Omid é Didar, de Mohammad Rasoulof, dentro de la sección Una cierta mirada, e «In Film Nist«, de Jafar Panahi y Mojtaba Mirtahmasb.