El cierre estuvo a cargo de Charly García, que abrió con un clásico, «Demoliendo hoteles», e interpretó «El fantasma de Canterville» con León Gieco y Gustavo Santaolalla, quienes ya habían actuado previamente, en una versión que seguramente quedará en la historia grande del rock argentino.
El último tema interpretado por García en el piano fue su ya legendaria versión del himno nacional argentino, coreado por los miles de espectadores, mientras que sobre la fachada de la Casa Rosada se proyectaban imágenes de las últimas tres décadas de vida política argentina.
También formaron parte del espectáculo, que duró unas diez horas, el argentino Vicentico y los uruguayos Rubén Rada y No te va a gustar, entre otra docena de grupos.
«Tengo una impresión gloriosa por la gente movilizada por los derechos humanos y por ganarle otro años más a la democracia», destacó Gieco.
En el espectáculo, que cerró con impresionantes fuegos artificiales, también participaron actores, como Leonardo Sbaraglia, quienes recitaron poemas escritos por desaparecidos durante la última dictadura argentina (1976-1983).
El concierto gratuito fue organizado por el Ejecutivo que encabeza Cristina Fernández, quien el viernes pasado entregó galardones al juez español Baltasar Garzón y a Sarudzayi Naomi Njere, representante de la ONG Abogados de Zimbabwe por los Derechos Humanos, por su labor humanitaria.
También fueron distinguidas las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas de Plaza de Mayo por su lucha ante los estragos de la última dictadura.