La decisión, adoptada por el Consejo Federal de Medicina, fue publicada hoy en el Diario Oficial y permite el uso, con fines de inseminación, del material genético congelado de una persona ya fallecida, siempre y cuando haya autorización previa a la muerte.
Asimismo, se abre la posibilidad de que parejas de homosexuales puedan beneficiarse de las técnicas de reproducción asistida, mediante la donación de semen u óvulos.
La medida establece algunos límites según la edad de las mujeres que decidan utilizar esas técnicas, a fin de limitar los casos de embarazos múltiples.
Las mujeres de hasta 35 años estarán autorizadas a recibir un máximo de dos embriones, mientras que las que tienen entre 36 y 39 años estarán limitadas a tres y las mayores de 40 a cuatro.
Los embriones, además, no podrán ser seleccionados de modo de escoger el sexo u otras características biológicas del bebé.
La decisión del Consejo Federal de Medicina también apunta a combatir el llamado “vientre de alquiler” y prohíbe que una mujer que no tenga parentesco con la familia donante del material genético ceda su útero para el desarrollo del feto.
“La donación temporal del útero nunca tendrá carácter lucrativo o comercial”, reza la medida publicada en el Diario Oficial.
En Brasil existen 180 clínicas que trabajan con reproducción asistida y, según el Consejo Federal de Medicina, todas estarán obligadas a mantener registros de sus clientes y serán responsables por el descarte del material genético no utilizado.