Brasil amaneció hoy en clima de fiesta por el esperado estreno de su selección en el Mundial de Sudáfrica

   Brasil amaneció hoy en clima de fiesta por el esperado estreno de su selección en el Mundial de Sudáfrica ante la enigmática Corea del Norte, un partido del que 190 millones de habitantes no esperan menos que una goleada.

Desde las primeras horas de la mañana el estruendo de los fuegos de artificio se escuchó en distintos barrios de Río de Janeiro, en un anticipo de la fiesta que se espera para las próximas horas, mientras en las calles el amarillo y el verde de la bandera nacional son los colores predominantes en la vestimenta de hombres, mujeres y niños.

Los comercios, empresas y oficinas brasileños desde hace días han fijado carteles en los que avisan a su clientela que hoy pararán sus actividades al mediodía y que las reanudarán una hora después del partido, que está previsto para las 15.30 hora local (18.30 GMT), o mañana, dependiendo del resultado y de la fiesta.

Muchas empresas acordaron con sus empleados horarios especiales para hoy que incluyeron, en muchos casos, el anticipo de la hora de inicio de la jornada y la supresión de la hora de almuerzo a cambio del cierre de las actividades del día tres horas antes de lo habitual, para que todo el mundo pueda llegar a casa antes del partido.

Por esa razón, las autoridades de tráfico de Río de Janeiro y otras ciudades han previsto que sobre el mediodía se formarán largos embotellamientos en calles y avenidas hasta colapsar una hora antes del partido.

Según una encuesta publicada la semana pasada, la tercera parte de las empresas brasileñas accedió a liberar a sus empleados los días en que juegue la Canarinha, lo que muestra el ambiente que se respira por estos días en el país.

La devoción futbolística también ha contagiado la dirección de las agencias y empresas estatales, que la semana pasada anunciaron horarios especiales para los funcionarios públicos con motivo del Mundial, según una instrucción del Ministerio de Planificación.

El Banco Central autorizó a los bancos a que en los días en que juegue Brasil cierren dos horas antes de lo habitual pues, por un lado, los trabajadores del sector también son hinchas de la selección y, por otro, prácticamente a nadie se le ocurrirá ir al banco durante el partido.

Sin embargo, la flexibilidad de los horarios no se extiende a organismos que ofrecen servicios esenciales, como hospitales públicos.

Otras empresas han seguido estrategias totalmente opuestas, como es el caso de Eletropaulo, la compañía de electricidad de la región metropolitana de Sao Paulo, donde viven cerca de veinte millones de personas.

La compañía se ha visto obligada a aumentar de 1.600 a 2.500 el número de empleados que trabajarán en su centro de control durante el partido de hoy para garantizar el funcionamiento del servicio y evitar sobrecargas del sistema.

Eso se debe, en parte, a las promociones de las tiendas de electrodomésticos para aumentar la venta de televisores durante el Mundial que, según una patronal del sector, pueden incrementarse en un 19,6% (casi 11,5 millones de unidades).

Por otro lado, el comercio brasileño disfruta de un momento dulce con la venta de todo tipo de artículos creados especialmente para animar a Brasil durante el Mundial.

La ola verde-amarilla también se ha extendido a los bares y restaurantes, que han decorado los locales para ofrecer un ambiente propicio a los aficionados, y por las calles, que lucen los colores de Brasil y retratan a los jugadores de la selección en muros y paredes, como si de héroes se tratara.

En realidad, hace semanas que la afición brasileña se prepara para el debut de los pentacampeones mundiales o, mejor dicho, para celebrar el sexto título que han encomendado al técnico Dunga y sus 23 escogidos, y nadie duda que hoy se dará el puntapié inicial de esa campaña con una generosa goleada a Corea del Norte.

De ser así, la fiesta estará servida en calles de pueblos y ciudades pero especialmente en la “Fan Fest Rio”, un espacio de ocio construido en la playa de Copacabana de Río de Janeiro, donde hasta 20.000 aficionados pueden seguir en directo los partidos del Mundial en una pantalla de 120 metros cuadrados.

VEFE