El equipo militar está a cargo del sargento Wardaddy, (Brad Pitt), un hombre que está muerto en vida, que tiene pulso y respira, pero solo sobrevive para matar a los nazis. Sony Pictures desarrolla en la pantalla un drama con excelentes secuencias de acción, que logran sumergir al espectador en el caos de los combates que se desatan a lo largo de la trama.
La película presenta a un grupo de seis hombres que, tras el golpe final de los aliados en Europa contra el nazismo, tendrán una última misión en la que aparte de caer vencidos, puede ser que no sobrevivan. Superados en número y en armamento, con un soldado novato recién llegado a su pelotón, Wardaddy y sus hombres afrontan las terribles adversidades en sus heroicos intentos de golpear el corazón de la Alemania nazi.
Las actuaciones en general son aceptables, pero sin apabullar ninguna. La trama en ciertos momentos se asemeja a la de «Buscando al soldado Ryan», pero para los amantes de las cintas de guerra es una gran opción. Claro está, el típico heroismo de las cintas de Hollywood no puede faltar. Además, las escenas de batallas son bien realizadas sin abusar de los efectos especiales.
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