“Yo sé que voy a tener problemas (…) No estoy hablando de una empresa de la esquina. Estoy hablando de una empresa transnacional”, dijo el director del ente fiscalizador, Óscar Cámara, en una entrevista con la red gubernamental de medios.
Cámara dijo que desarrollará una investigación rigurosa. “Si corresponde sancionar económicamente, lo haremos. Si corresponde sancionar administrativamente, que es la cancelación de la matricula comercial, lo vamos hacer. No nos va temblar la mano”.
A través de un comunicado divulgado la pasada semana, la empresa embotelladora Embol anunció un incremento en todos sus productos, merced al alza de sus costos de operación.
“El agua no ha subido, la electricidad no ha subido, el azúcar no ha subido (…) No encuentro razón alguna (para el incremento)”, objetó el funcionario gubernamental al asegurar que los ingenios azucareros entregaron su producción, para fines industriales, en precios preferenciales que en ningún caso sobrepasaron los 30 dólares por quintal.
Precisamente, Embol adquirió, el pasado año, 1,3 millones de quintales de azúcar en esos precios, argumentó Cámara, quien además cree que el volumen de esta operación pudo favorecer a la escasez del producto en el mercado interno.
Según el gobierno, Bolivia sufre un problema de escasez de azúcar por la sequía que soportaron los departamentos productores de caña. Adicionalmente, los bajos precios, regulados por el gobierno, favorecen a la especulación y el contrabando especialmente a Perú, dónde cada quintal de azúcar llega a costar 55 dólares, según un reciente reporte de la red televisiva ATB.