Aunque Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, Benedicto XVI ofició la misa funeral este lunes en la basílica de San Pedro debido a que la fecha de la muerte coincide este año con el Viernes Santo, el único día del año en el que no se oficia misa.
A la misa asistieron numerosos fieles polacos, sacerdotes, obispos y cardenales, entre ellos el de Cracovia, Stanislao Dziwiz, que fue secretario particular del Papa Wojtyla durante 39 años.
También asistieron todos los jefes de los dicasterios vaticanos y el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
Benedicto XVI, que fue estrecho colaborador de Juan Pablo II durante 24 años, dijo que el Pontífice polaco ejerció con una «firmeza inquebrantable y gran energía.
«Durante su largo Pontificado (casi 27 años) se proclamó el derecho con firmeza, sin debilidad o titubeo, sobre todo cuando tenía que afrontar resistencias, hostilidades y rechazos», dijo Ratzinger.
El Obispo de Roma agregó que Juan Pablo II realizó un ministerio muy fecundo y que se entregó de manera generosa, sin reservas, sin medidas, sin cálculos.
Lo que le movió -subrayó Benedicto XVI- «fue su amor a Cristo, al que había consagrado su vida, sin condiciones».
Juan Pablo II, aseguró el Papa, gastó su vida por Cristo, por la Iglesia y por el mundo entero y su sufrimiento lo vivió hasta el final por amor y con amor».
En este quinto aniversario, el diario vaticano «L’Osservatore Romano» escribió que Juan Pablo II fue un Papa «contracorriente, un personaje fuera de lo común, un hombre excepcional».
El quinto aniversario del fallecimiento de Karol Wojtyla (1920-2005) se celebra pocos meses después de que Benedicto XVI le proclamara «venerable», tras aprobar en diciembre pasado el decreto por el que se reconocen sus «virtudes heroicas», primer paso hacia la santidad del Pontífice polaco.
Tras ese paso, todavía queda la aprobación de un milagro por su intercesión. El postulador de la causa, el sacerdote polaco Slawomir Oder, eligió entre los más de 250 presentados la curación de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía Parkinson, la misma enfermedad que tenía Wojtyla.
Según afirmó hace varios días el cardenal José Saraiva Martins, prefecto emérito de la congregación para las Causa de los Santos, ese supuesto milagro todavía no ha sido estudiado por la comisión médica de la Santa Sede, ya que antes había que esperar a que el Papa proclamase «venerable» a Karol Wojtyla.
Recientemente el diario polaco Rzeczpospolita anunció un retraso de la beatificación asegurando que la Comisión médica había rechazado la curación milagrosa de la monja francesa, ya que uno de los médicos veía «dudas». Después otros medios aseguraron que la monja había recaído de su enfermedad, lo que fue desmentido.
Si al final el milagro es aprobado por la Congregación y ratificado por Benedicto XVI, sólo quedará elegir la fecha de la beatificación.
Algunos observadores vaticanos no descartan, el domingo 24 de octubre, coincidiendo con la fecha en la que comenzó Wojtyla su pontificado en 1978. Otros se decantan por la primavera de 2011.
El proceso que llevará a Juan Pablo II a los altares se abrió el 28 de junio de 2005 y comenzó en Roma, ciudad en la que murió y de la que fue su obispo durante 26 años y medio.
La causa de beatificación se abrió por deseo de Benedicto XVI sin esperar a que transcurrieran cinco años de su muerte, como establece el Código de Derecho Canónico.
El anuncio fue acogido con gran alegría en el mundo católico, donde aún sigue vivo el grito «súbito santo» (santo ya) que decenas de miles de personas corearon el 7 de abril en la plaza de San Pedro del Vaticano durante los funerales de Juan Pablo «el Grande», como ya se le conoce.
ig / Reporte360