comentado algunos de ellos, pero la creencia popular con respecto a otros sigue
estando ahí. Un ejemplo es el mito de que beber agua en ayunas nos
ayudará a perder grasa.
Muchas personas realizan esto a diario y nada más
levantarse se ponen a beber vasos y vasos de agua como locos creyendo que esto
es la mejor forma de acabar con esos kilos de más. Desde luego que el agua es
esencial en nuestra vida, pues la hidratación es necesaria para poder realizar
nuestras funciones vitales, pero en ningún caso el agua es un quema grasas que
elimina las que nos sobran por la orina.
Como ya sabemos el agua es parte fundamental de
la vida. Una buena hidratación es esencial para el mantenimiento de todos los
órganos de nuestro cuerpo. El consumo de agua es necesario, y por ello tiene que
ser un elemento presente en nuestra dieta diaria. Desde luego que el agua es
simplemente eso, agua, algo que hidrata nuestro cuerpo, pero en
ningún caso es una sustancia que hace las veces de quema grasa.
Sustentándose en esta falsa creencia, mucha gente
nada más levantarse bebe grandes cantidades de agua con el fin de adelgazar, ya
que se supone que en ayunas en más efectivo. Nada más lejos de la realidad. Sí
que es cierto que beber agua a menudo es esencial para mantener nuestro
organismo libre de sustancias tóxicas que pueden causarnos daño, y que
eliminamos por la orina.
El agua lo que hace es ayudar a acabar con estas
sustancias a la vez que dota de hidratación todas las partes de nuestro cuerpo.
Sí que es cierto que beber agua en ayunas no es malo en absoluto, pero en ningún
caso es una forma de adelgazamiento. Durante la noche el cuerpo pierde grandes
cantidades de líquido, ya que permanecemos muchas horas sin beber nada. Para
cubrir esta falta de hidratación es muy bueno ingerir agua nada más
levantarnos.
Otro motivo que hace que beber agua nada más
levantarnos sea bueno, y quizá es el motivo por el que mucha gente piensa que es
un quema grasa, es que es una buena forma activar el
metabolismo. Nada más levantarnos nuestro cuerpo apenas está activo, y
con él nuestro metabolismo. Es importante que cuanto antes lo hagamos entrar en
acción, y beber agua en ayunas es una forma de conseguirlo, desayunar es otra
forma de hacerlo, y la más saludable, ya que el agua no nos aporta apenas
nutrientes que necesitamos para activar del todo nuestro cuerpo y poder afrontar
la actividad cotidiana.
Desde luego que un metabolismo activo desde que
nos levantamos nos ayudará a consumir más calorías y hacer que lo que ingerimos
a lo largo del día nos engorde menos. Beber dos vasos de agua nada más
levantarnos para activarnos es bueno, siempre y cuando luego desayunemos.
Pero en ningún caso el agua acabará con las grasas que nos
sobran, eso lo debemos conseguir siguiendo una buena dieta y
practicando deporte.