Según el informe oficial, el total del activo de la institución suma 207,5 millardos de bolívares. Sin embargo, este monto global toma en cuenta los traspasos de reservas al Fonden, que desde 2005 totalizan 73,6 millardos de bolívares. Estas transferencias ya no están en manos del BCV sino que forman parte del fondo que utiliza el Ejecutivo para financiarse; por lo que no pueden ser contabilizados como activos, según el economista José Guerra.
Si se restan los traspasos al Fonden, el activo del Central es de 133,9 millardos de bolívares.
Los pasivos, en tanto, suman 198,2 millardos de bolívares lo que significa que el patrimonio de la institución presenta un déficit de 64,3 millardos de bolívares.
La pérdida patrimonial del BCV tiene consecuencias directas en el valor de los bolívares que cada ciudadano tiene en su poder. El respaldo que se utiliza para garantizar ese valor son las reservas internacionales; por lo que cuando estas merman se afecta la garantía que le confiere poder de comprar a esa moneda. Esta devaluación tiene un efecto directo en el comportamiento de los precios de bienes y servicios que tienden a aumentar.
De esta manera se produce una suerte de círculo vicioso que comienza con transferencias de reservas internacionales para financiar gastos del Gobierno a costa de la pérdida de poder de compra de los ciudadanos. Cuando una institución financiera privada presenta esta situación amerita su intervención inmediata.
Hasta la fecha el BCV se ha negado a registrar los traspasos al Fonden como pasivos, aun cuando se sabe que las transferencias no han recibido su contrapartida en bolívares, para evitar que las pérdidas erosionen los activos del principal banco de la nación.