«La decisión de parar la flotilla, que tomaron el primer ministro y el gabinete de siete ministros, se hizo después de estudiar toda la situación y los dilemas» que planteaba, declaró Barak ante la comisión, y añadió que el debate entre los miembros más destacados del Ejecutivo «no se limitó a los aspectos mediáticos de frenar la flotilla, sino también a los aspectos militares».
Esta afirmación contradice el testimonio ofrecido ayer por Netanyahu ante la comisión que investiga el asalto a la flotilla el pasado 31 de enero, que se saldó con la muerte de nueve civiles turcos, quien afirmó que los miembros de su gabinete «no trataron los detalles de la operación más allá del impacto mediático» que esta podría tener.
Barak asumió hoy «toda la responsabilidad de lo que ocurra en los sistemas subordinados a mí», aunque también señaló que «si la decisión fue adecuada, entonces la diferencia entre lo que queríamos y lo que ocurrió está en la ejecución», lo que indica una responsabilidad por parte del escalafón militar.
El titular de Defensa argumentó la necesidad de mantener el bloqueo a Gaza «para evitar que se convierta en un almacén gigante de armas que se utilicen contra los ciudadanos del Estado» de Israel.
La comparecencia ayer de Netanyahu ante la comisión desató una ola de críticas por su afirmación de que se encontraba de viaje y fueron el titular de Defensa y el Ejército quienes se ocuparon de «los aspectos técnicos» de la operación.
Tras los reproches a las declaraciones de Netanyahu, su oficina se vio obligada a difundir un comunicado aclaratorio en el que este admitía que «la responsabilidad en su conjunto es siempre mía, esté en Israel o no».
La llamada Comisión Turkel fue creada a mediados de junio para investigar los hechos ocurridos el pasado 31 de mayo, cuando comandos de elite israelíes interceptaron en aguas internacionales seis barcos de la Flotilla de la Libertad que pretendían romper el bloqueo marítimo a Gaza transportando ayuda humanitaria a la franja.
Nueve activistas murieron durante el abordaje militar a la nave turca «Mavi Marmara», que transportaba a cientos de personas, algunas de las cuales atacaron con palos a los soldados que se dejaron caer sobre el barco desde helicópteros.
Israel estableció la comisión investigadora debido a las presiones internacionales y las duras críticas que siguieron a la operación, que también le llevaron a suavizar el férreo bloqueo que mantenía desde verano de 2007 sobre la franja de Gaza.
La semana pasada, Israel anunció que colaborará también con una investigación de los hechos impulsada por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, encabezada por el ex primer ministro de Nueva Zelanda Geoffrey Palmer y el presidente saliente de Colombia Álvaro Uribe.
Sin embargo, el Estado judío ha rechazado su apoyo a la investigación impulsada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que considera sesgado en su contra, y que designó en junio a tres expertos para integrar una misión que estudie las posibles violaciones de derechos humanos cometidas durante el ataque.