Los dos dirigentes se encontrarán el martes de tarde (19H30 GMT) para mantener una conversación de más de una hora en el salón Oval, y después darán una conferencia de prensa conjunta en los jardines de la Casa Blanca.
Para darle una repercusión particular a este encuentro, Barack Obama y su esposa, Michelle, invitaron a su visitante y a su esposa, Carla Bruni, a una cena privada en la residencia presidencial, antes del regreso de la pareja a París.
Este anuncio está destinado a apagar los comentarios sobre las dificultades que marcaron los primeros meses de la relación entre ambos dirigentes. «A un importante hombre de Estado se lo invita a una cena de Estado, pero a un amigo se lo invita a casa», comentó un diplomático occidental.
Durante su encuentro, Barack Obama y Nicolas Sarkozy pasarán revista a los grandes temas de preocupación mundial sobre los que –insisten en los entornos de ambos– tienen enfoques similares.
Los dos presidentes están convencidos de la necesidad de intensificar las sanciones para impedir que Irán acceda al arma nuclear. También esperan sacar del bloqueo el proceso de paz en Medio Oriente, a pesar de que Obama no se ha pronunciado sobre la idea de convocar a una conferencia internacional promovida por Sarkozy.
No se eludirán los temas en los que mantienen diferencias. El presidente francés anunció su intención de proponer un fortalecimiento de las regulaciones financieras.
Durante una conferencia que dictó el lunes ante estudiantes de la universidad de Columbia, en Nueva York, Sarkozy llamó a su homólogo a «escuchar al resto del mundo y a sumarse a Europa y Francia para «inventar las reglas de la economía del mañana».
«El dólar ya no es la única moneda del mundo», dijo, al tiempo que pidió definir «un nuevo orden monetario internacional».
Entre otros temas que abordarán los presidentes figura Afganistán. Barack Obama volvería a señalar que le dará la bienvenida al envío de más soldados franceses y Sarkozy, según su entorno, respondería con un nuevo rechazo.
af / Reporte360