El encuentro, el segundo que mantienen los dos líderes desde la llegada de Cameron al poder en mayo, comenzó, como estaba previsto, a las 11.00 horas locales (15.00 GMT) y se espera que dure una hora.
En la conversación en el Despacho Oval se abordarán las relaciones bilaterales, con especial atención al escollo que supone el derrame de crudo en el golfo de México, del que es responsable la empresa British Petroleum.
También ocupará un lugar destacado, según ha señalado la Casa Blanca, la guerra en Afganistán, a la luz del adelanto al 2014 de la retirada de las tropas británicas en ese país, donde han sufrido hasta ahora más de 320 bajas.
Tras la reunión, y un almuerzo de trabajo al que se unirá el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, Obama y Cameron ofrecerán una rueda de prensa.
En un artículo que publica hoy en el diario “The Wall Street Journal”, Cameron defiende la “relación especial” entre los dos países y asegura que “es simple: esta relación es sólida porque beneficia a los dos”.
“Nuestra alianza no se sostiene sólo por nuestros lazos históricos o por una lealtad ciega. Es una asociación que hemos elegido, que sirve a nuestros intereses nacionales recíprocos”.
Según han admitido la Casa Blanca y el propio Cameron, en la reunión de hoy se abordará el caso de la petrolera británica BP, que el Reino Unido teme que salga muy malparada de esta crisis.
Además se tratará la polémica surgida en los últimos días acerca del papel de BP en la puesta en libertad de Abdelbaset al Megrahi, condenado a cadena perpetua en Escocia por su papel en el atentado de Lockerbie en 1989 y que el Reino Unido entregó a Libia el año pasado.
“Fue entonces y es ahora nuestra firme creencia que el responsable del atentado de Lockerbie no debía haber quedado en libertad”, declaró el lunes el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
En su día, se argumentó para proceder a la liberación de Al Megrahi que padecía un cáncer terminal y le quedaban pocos meses de vida. Pero el único condenado por el atentado que dejó 270 muertos al estallar un avión sobre la localidad escocesa de Lockerbie sigue vivo y sin señales de que su salud se deteriore.
Según han publicado medios británicos en los últimos días, BP presionó en favor de la liberación del terrorista porque buscaba concesiones petroleras en el golfo libio de Sintra.
El Senado estadounidense ha llamado a testificar la próxima semana a ejecutivos de BP y funcionarios del Gobierno británico sobre esa posible influencia.
Los dos líderes abordarán también la marcha de las negociaciones para la paz en Oriente Medio, donde se encuentra el enviado especial de EE.UU., George Mitchell, para una nueva ronda de conversaciones indirectas entre israelíes y palestinos.
El primer ministro británico terminará su visita a EE.UU. el miércoles en Nueva York, donde se reunirá con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y asistirá a la cena que le ofrece el alcalde de esa ciudad, Michael Bloomberg.
EFE