El Banco de Desarrollo de China (BDC) fue creado en marzo de 1994 para garantizar el desarrollo de las finanzas y la ejecución de los los proyectos prioritarios para el gigante asiático, en las áreas de infraestructura, industrias básicas, energía y transporte.
Esta institución constituye el banco de desarrollo más grande del mundo, y se encuentra bajo la jurisdicción directa del gobierno chino.
La apertura de esta oficina se produce en vísperas de la visita al país el presidente de China, Xi Jinping, como parte de su gira por Latinoamérica.
Se prevé que Jinping y el presidente de la república, Nicolás Maduro, firmen nuevos convenios de cooperación en materia energética, económica, social.
Cooperación binacional
Beijing y Caracas sostienen actualmente más de 300 acuerdos de cooperación en las áreas energía, petróleo , educación, salud, tecnología, comercio, construcción de viviendas, agroindustria y agrícola, infraestructura, industria, cultura y deporte, entre otras.
De este modo, el país suministra a China 640.000 barriles diarios de crudo aproximadamente, como parte de la estrategia de diversificación de mercados.
En 2007 ambas naciones crearon el Fondo Conjunto Chino-Venezolano, por un monto de 6 mil millones de dólares de los cuales 4 mil fueron otorgados por el Banco de Desarrollo de China (BDC) y dos mil millones por el Fondo Nacional de Desarrollo ( Fonden ).
Este mecanismo está destinado al desarrollo de grandes proyectos en el país, que retribuye el Estado con suministro petrolero.
Este fondo ya suma tres tramos de financiamiento (A,B y C), y en marzo pasado fue anunciada la entrada de la tercera renovación del tramo, por un monto de 5.000 millones de dólares.
Asimismo, con el apoyo del BDC se creo el Fondo Gran Volumen Largo Plazo (FGVLP) constituido por Venezuela y China en agosto de 2010 por un monto 20.000 millones de dólares.
Este monto fue constituido por el aporte de recursos en dos tipos de monedas: dólares (10.000 millones) y renminbi (70.000 millones), con los cuales se han impulsado proyectos de gran envergadura en distintas áreas estratégicas de desarrollo, tales como infraestructura, industrial, agrícola, sistemas masivos de transporte y generación eléctrica.
Parte de estas obras están dirigidas a agregar valor a las materias primas venezolanas como el aluminio y derivados del petróleo.
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