El terremoto que devastó Haití y dejó decenas de miles de muertos representa «la crisis humanitaria más grave en décadas», dijo el domingo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, poco antes de partir hacia Puerto Príncipe.
«Voy a Haití con el corazón apesadumbrado para expresar la solidaridad y el total apoyo de la ONU al pueblo haitiano», declaró a los periodistas que lo acompañaban.
Según Ban, se imponen tres prioridades: salvar a la mayor cantidad posible de gente, aportar urgentemente ayuda humanitaria -agua, alimentos y los medicamentos necesarios- y coordinar la ayuda externa.
El secretario general indicó también que se «preparaba para lo peor», en referencia al personal de la ONU todavía desaparecido tras el sismo.
El organismo ha confirmado la muerte de 40 funcionarios y otros 330 siguen desaparecidos.