Y aunque es en la costa venezolana donde se dan todas las expresiones del canto, baile y toque, hay zonas urbanas donde el tambor traspasó las barreras del instrumento tradicional y cultural para convertirse en la excusa perfecta con la cual lograr la unión y el rescate de la convivencia en sociedad.
No muy lejos, en las barriadas del municipio Baruta, se puede ver un poco de este fenómeno. En las manos de Marcos Sosa, un hombre salido de la violencia de las calles, se creó la Fundación Mano e’ Tambor.
«La música fue la excusa para introducirnos a las comunidades. Me di cuenta que con ella logramos ser iguales, respetarnos, entendernos, hablar en los mismos términos. Quizás por ser tan universal, con la música podemos romper las barreras. Ahora hay más niñas que quieren bailar tambor, esto ha sido como una moda en Baruta. Ha sido una experiencia reconfortante. No quiere decir que la tradición se había perdido… El tambor ha sido parte de las fiestas familiares, escolares y en las celebraciones patronales. Pero en esta época lo estamos usando como el elemento de unión de la familia».
La Fundación fue un proyecto ambicioso de un grupo de tambor. Pero con los problemas de integración de las comunidades, Sosa dijo que decidieron formar una agrupación más sólida.
En nueve años, cuatro mil 700 niños han pasado sus manos por el cuero de los tambores. En la actualidad son 270 los que están activos en este rico y colorido trabajo de subirse a una tarima para no solo hacer eco de los repiques, sino demostrar sus dotes de bailarines.
«La música fue solamente el hilo conductual para poder atraer a los pequeños y darles realmente la atención merecida. Es ese llegar a tiempo cuando van a tomar una decisión que les cambiará su vida, tenderles una mano y sacarlos de su miseria. En el contacto con los vecinos nos dimos cuenta de la falta de amor y de atención, de los problemas de salud, de vivienda, de las carencias económicas, de la deserción escolar… Vimos muchos niños que no tenían pasajes para ir a la escuela… Eso despertó en nosotros este proyecto, el cual fue recientemente galardonado con una mención hecha en Washington, EEUU».
«El tambor está retumbando ahorita en Baruta y es una propuesta social que ha trascendido las fronteras. Pero nos gustaría que este grano de arena alcanzara para regarlo por todo el país».
¿Cómo lo hacen? Sosa, un hombre que vivió un infancia llena de errores y que con solo un consejo se apartó del mal camino, explicó que en la Fundación hacen sus ensayos de bailes y percusión y luego van a los barrios, como Santa Cruz del Este y Ojo de Agua, a montar unas tarimas. «Les explicamos quiénes somos y qué queremos hacer por los chamos. Ellos mismo se acercan y en ese encuentro detectamos todo tipo de problemas de conducta. En una presentación podemos abordar e incluir en nuestro programa un promedio de 30 niños, los cuales en un corto tiempo son encaminados y llevados a talleres de psicología y capacitación para que puedan ser hombres y mujeres útiles».
Con esta labor Mano e’ Tambor ha hecho que la conexión con la música no solo sea en las fiestas, sino que sea el plato principal en las relaciones de convivencia ciudadana. Que la gente se comunique con el sonido de los cueros y con el canto rompa las barreras y diferencias entre ellos. «En mi experiencia he visto como hay un respeto por el semejante, cómo se rescatan las buenas costumbres. Los baruteños se sienten atraídos por este género y estoy seguro que esta herramienta los hará vivir sanos y libres 40 años más. Soy ejemplo de eso, de mi grupo de amigos soy el único por el buen camino».
Bailar tambor se ha hecho una moda en Baruta was last modified: julio 27th, 2013 by