La agencia de noticias Kyodo presentó notas del Ministerio de Ciencias japonés que precisaron cómo en la capital de Japón se midieron cantidades leves de sustancias radiactivas como el cesio, destacó la agencia DPA.
Según las autoridades, en la prefectura de Ibarak, situada en las inmediaciones de Fukushima, la radiación detectada superaba en 100 veces los niveles normales. En la prefectura de Kanagawa, al sur de Tokio, la radiación superó diez veces el nivel usual.
A las 6:15 a.m. (hora local) del martes, la planta de Fukushima registró una explosión en el reactor número dos y un incendio en el número cuatro. El portavoz del gobierno de Japón, Yukio Edano, informó en conferencia de prensa del potencial peligro de fuga.
Posteriormente Edano dijo que los reactores 5 y 6 de Fukushima Daiichi «parecen presentar problemas con sus sistemas de enfriamiento».
En Tokio viven más de 35 millones de personas. La planta se encuentra a unos 240 kilómetros al noreste de la capital.
DPA informó en la madrugada de este martes que las autoridades japonesas decidieron prohibir los vuelos en un espacio aéreo de 30 kilómetros en torno a la planta nuclear de, citó la agencia de noticias Kyodo informaciones provenientes de fuentes ministeriales.
Poco antes, el gobierno conminó a estar atentos a las alertas y conminó a la población de la zona que, de no evacuar sus viviendas, permaneciera dentro de las construcciones con las puertas y ventanas cerradas.
En un radio de 20 kilómetros la evacuación ha quedado prácticamente finalizada, según indicó el jefe de gobierno, Naoto Kan.
El drama de la comida
Los alimentos enlatados, las pilas, el pan y el agua embotellada han desaparecido de los anaqueles de los establecimientos de abarrotes mientras el Japón se enfrenta a un nuevo peligro provocado por el terremoto y el maremoto ocurridos la semana pasada, las compras por pánico.
A las tiendas se les están acabando sus existencias aun a gran distancia de la zona del desastre, aumentando los temores de que el acaparamiento de productos pueda afectar la distribución de alimentos a aquéllos que realmente los necesitan, destacó por su parte la agencia AP.
Las olas de compras frenéticas están creando problemas de suministros ya sea por los daños en las carreteras y caminos congestionados, el cierre de fábricas, la reducción del servicio ferroviario y otras interrupciones.
Funcionarios del gobierno han pedido a la población a que se abstenga de comprar productos que no necesita.
Los negocios al minorista señalan que no han visto ese pánico en años, quizás desde la crisis petrolera de los años 70s.