El ave amenazada trató en vano de nadar lejos, pero su fatal destino ya era percibido desde que se encontró cara a cara con su depredador que con la velocidad de un rayo, apretó su mandíbula alrededor de los pies de su víctima arrastrándola hasta la profundidad del mar para finalmente ahogarla, impidiendo su fuga.
Las impresionantes imágenes fueron capturados en el 2009, por un oficial de las fuerzas especiales israelíes que se volvió fotógrafo de la naturaleza, en las aguas de Puerto Lockroy, un puerto natural en la costa noroeste de la isla Wiencke, donde las colonias de pingüinos son considerables.
Los pingüinos más jóvenes a menudo se aventuran a jugar, en las aguas poco profundas, ajenas a los peligros que pueden acechar bajo la superficie donde caza de las focas leopardo son iminentes. También llamados leopardo marinos, las focas son consideradas como uno de los depredadores más peligrosos y agresivos del Antártica.
La foca leopardo pueden devorar hasta 12 aves en un solo día, cuando cazan en aguas poco profundas. Luego del primer ataque, suben a la superficie y espera con paciencia a su segunda emboscada, cerca de los bordes del hielo para capturar a una nueva presa.