Venezuela fue conocida alguna vez como “el territorio de lo posible” frase esta que aún está vigente para ciertos aspectos como es el caso de la economía pues con frecuencia se toman decisiones de envergadura que afectan más negativa que positivamente el diario vivir del ciudadano, ejemplo de ello es lo ocurrido con la circulación de billetes de Bs. 100 y todo lo que ha rodeado la misma.
De manera cotidiana leemos y escuchamos diversos puntos de vista sobre las decisiones tomadas sin embargo como profesional siempre se intenta ofrecer una explicación teórica a las mismas, aunque en el peor de los casos solo se puede colocar en contexto formal comportamientos similares y sus posibles implicaciones.
Corrían los días en la Inglaterra del siglo XVI cuando un comerciante de nombre Thomas Gresham logró describir y presentar formalmente el comportamiento del mercado en cuanto a la movilidad y el valor de la moneda existente, en ese caso se trataba de dos monedas de metales distintos lo cual le asignaba a cada una distinto valor, ocasionando que el público percibiera a una de ellas como mala y la otra como buena; por lo cual lógicamente se prefería conservar (ahorrar) la buena y negociar con la mala.
Para comenzar a entender un poco más el sencillo planteamiento colocaremos en contexto la situación entre el Dólar americano y el Bolívar ¿Cuál se considera bueno y cual se considera malo? El mercado da la respuesta ya que la gran mayoría preferiría (de tener la oportunidad) conservar los Dólares y negociar todas sus transacciones en Bolívares; todo esto debido al valor que cada uno de los mismos tiene.
Ahora bien, hasta hace unos días desde comerciantes, transportistas, empleados públicos y pensionados luchaban, discutían en las entidades bancarias y preferían recibir el dinero efectivo en billetes de Bs. 100 pues con una inflación galopante se hacía cada vez más difícil y engorroso poder trasladar las cantidades necesarias para poder realizar pagos y compras; es decir el papel moneda de Bs. 100 era considerado bueno y el resto malo.
La decisión del Gobierno de en 72 horas sacar de circulación el mencionado billete automáticamente cambió la percepción de los ciudadanos y obligó a los mismos a invertir sus gustos y preferencias, haciendo de los Bs. 100 el billete malo, y el resto (antes considerado despreciados) como los buenos y deseables.
¿Resultado? En lo lógico y aparente largas colas de personas tratando de salir de esos en otrora preferidos y así poder en el mejor de los casos sustituirlos por otros aceptados; mientras que en la práctica y la realidad que fundamenta al funcionamiento del Estado, este último logró llenar sus arcas al utilizar la llamada banca pública como principal medio de recolección de los mismos.
De ahí en más lo demás constituye una historia en constante formación, y donde cada vez más se nos pregunta ¿Y ahora que viene? Pues difícil saberlo, pero suenan cosas como la doble convertibilidad, unificación cambiaria, y cosas similares; de las cuales es preferible esperar y no hacer inferencias, pues las mismas siempre traen como consecuencia mayor inestabilidad.
Aníbal Araque|Economista|@econ_araque|economia-integral@hotmail.com