Diariamente realizamos análisis comparativos sobre prácticamente todo aquello que nos rodea principalmente sobre los aspectos en los cuales debemos tomar decisiones, esto se puede concebir como un análisis situacional bastante puntual; sin embargo cuando esa práctica se convierte en costumbre, para varios aspectos al mismo tiempo y con una frecuencia preestablecida, podemos estar en presencia de un análisis macro ya que se pasa de tomar una fotografía de un árbol a tomar una imagen del bosque donde se encuentra el mismo.
En cuanto a la ciencia económica, su cobertura puede ser bastante amplia por eso al realizar análisis macroeconómicos tenemos la oportunidad de mencionar una gran cantidad de indicadores para pretender ilustrar y contrastar la realidad que se palpa, vive y experimenta.
En este caso mencionaremos varios de ellos, dividiéndolos en dos categorías las cuales son a saber: Los que deberían crecer y los que deberían disminuir.
En concordancia con lo anterior ubiquémonos en el caso de un empresario o productor que desea mantener cierta estabilidad basándose en una lógica innegable como lo es mantener bajos los egresos, altos los ingresos, otorgando igualmente a su personal condiciones laborales estables.
Tomaremos como referencia un informe emanado del Centro de Estudios Latinoamericanos (CESLA) en el cual se presentan para el caso Venezolano una serie de Indicadores Coyunturales y su tendencia, es decir si de manera intertemporal cada uno de ellos tiende al alza o a la baja, la información acorde al planteamiento original indica que el Producto Interno Bruto (PIB) tanto consolidado como petrolero viene presentando un tendencia a la baja, misma característica que las exportaciones, reservas internacionales, el precio del crudo, y el saldo de la balanza comercial.
Caso contrario, es decir con tendencia al alza se ubican lo correspondiente al Índice de Precios al mayor (IPM), así como el Índice Nacional de Precios al Consumidor (IPC) siendo este último quien permite medir los niveles de inflación. Otro indicador como por ejemplo la Tasa de Desocupación, mantiene una tendencia estable.
En resumen resulta difícil imaginar el progreso social, avance económico y desarrollo estructural en una nación donde su principal fuente de ingresos, así como también las secundarias, muestran un comportamiento decreciente y sostenido en el tiempo, tendiente a la baja; situación ésta que se complica cuando las reservas internacionales (que constituyen el ahorro) muestran el mismo comportamiento, cosa que parece lógica pues al no tener ingresos suficientes se debe recurrir al uso de los mismos para poder cubrir los gastos.
Ante este panorama si concebimos el país como una empresa o una familia ¿Qué se puede hacer? Una opción viable es tratar de reducir el gasto corriente controlando todo aquello que encarezca el llamado nivel de vida, sin embargo se evidencia en las cifras que los componentes del núcleo inflacionario siguen activos y de manera creciente, pues el índice general de precios va en aumento y no parece cambiar su tendencia ya que para eso se requiere aumentar la producción en cantidades importantes y dinamizar todo el aparato productivo, aspectos estos que no ocurren.
Así que a partir de eso piense y reflexione sobre expresiones como “guerra económica”, “asedio imperial”, “conspiración internacional” y similares, pues quizá llegue a conclusiones distintas a las que permite la lógica económica.
Aníbal Araque|@econ_araque|Economista|economia-integral@hotmail.com